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José Manuel López García
Mi pluma

26/06/2016

16-06-2016

El próximo día 26 de Junio del año 2016 se celebra en España la gran festividad de la democracia, en la que los cuatro partidos políticos con mayor representación pública, buscan, por todas las formas, alcanzar el mayor número de escaños, que a posteriori, les permita formar un gobierno, más o menos, estable para el desarrollo de la legislatura. Considero innecesario recordar las grandes virtudes de los presidenciables, junto con sus los defectos de los partidos que arropan, los ofrecimientos vacíos de contenido real lanzadas a un público ausente y la falta de concreción de soluciones reales para con la ciudadanía.

Hace muchísimo tiempo, un 26 de Junio del año 68, ante el abandono por las tropas del emperador y tras la declaración como enemigo público del Roma, se quitaba la vida D. Nerón Claudio César Augusto Germánico, emperador de Roma con la ayuda de un sirviente suyo, cuyo reinado presentó mas sombras que luces, por cuanto desenvolvió proyectos constructivos importantes, su recuerdo está centrado en su autodivinización, sus depravaciones físicas, morales y sexuales, cuya máxima expresión de lo anterior fue la creación de un templo hacia su persona, para posteriormente, ordenar el comienzo del incendio de la ciudad de Roma, acontecimiento que marcó su futuro recuerdo, a pesar de sus infructuosos esfuerzos por alejar la mala fama vertida sobre él.

Sin perjuicio de que la situación no es comparable de forma contrastable, los gobernantes de los últimos cuatro años en la dirección institucional de España han desperdiciado las oportunidades absolutas, que el pueblo español, había confiado ciegamente al permitir un gobierno de mayoría absoluta, con potestad imperiosa y sin necesidad de recurrir al pacto bajo ninguna circunstancia, con la única condición y salvedad, de enmendar y corregir todos las contrariedades en los que los anteriores ejecutivos, no habían podido o querido, solventar o abordar por diferentes motivos. Sin embargo, las esperanzas de la ciudadanía que por mayoría absoluta obtenida en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, Don Mariano Rajoy Breyel 21 de diciembre de 2011 se convirtió en el sexto presidente del Gobierno de la democracia, y a pesar del sonido de mis palabras, con la libertad absoluta para reformar al estado español en profundidad.

En cambio, los resultados obtenidos después de los años de legislatura no representan ni la quincuagésima parte de lo prometido en aquel momento, por escrito en su gran programa electoral (http://www.pp.es/sites/default/files/documentos/5751-20111101123811.pdf ), titulado como “Lo que España necesita”, cuyo corolario no ha sido lo propuesto, por cuanto las rebeldía locales y autonómicos constante (véase Desaparición de la Reforma de las Administración Local y organización territorial del Estado), la falta de credibilidad absoluta ante su inoperancia real (véase, subidas impositivas, corrupción política, etc. ), la falta de políticas valientes en temas vitales y sus ansias de perpetuarse en el poder, individualistas y partidistas, han impedido claramente llevar desenvolver su “gran” programa de gobierno.(P.D: Recomiendo al lector una comparación entre el antecitado programa electoral en colación con el actual para la observancia de los cambios propuestos).

No es menos cierto que las acusaciones a la “herencia recibida” tenaces, junto con las incidencias gubernamentales y los mal llamados recortes sociales (por cuanto, conceptualmente no ha existido tal figura presupuestaria, sino más bien modificaciones presupuestarias) han sido elementos suficientes para impulsar un cambio gubernamental, unida a la aparición de nuevos partidos políticos, de encuadre ideológico incierto, o que al menos, ha permitido la apertura de una reflexión política, abandonada ante el intercambio de sillones desde el inicio del período democrático, en los años 80.

Al igual que ha sucedido en el año 68 con el emperador Nerón, Don Mariano Rajoy Brey pronto tendrá que pronunciar las palabras ¡Qué Artista Político muere conmigo!, salvo milagro. Por tanto, el depósito del voto para la siguiente cita electoral se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para aquellos que no atisban algo más allá de un simple intercambio de sillones y banquetas, y la futura celebración de las terceras elecciones.

La coyuntura económica – política del momento presente hacen imposible que la ciudadanía haya podido optar por una elección adecuada ante las opciones ofertadas, reduciendo el debate real al cobro de sobresueldos políticos, nacionales o extranjeros, los desaires de nuestros representantes y la inconcreción del problema territorial, en tanto, los verdaderos problemas de la ciudadanía pasan, suceden y acontecen por caminos más que separados en dimensiones diferentes. Las fiestas de la democracia terminarán pronto, pero, nefastamente, continuarán a la vuelta del verano.

Carlos Mallo


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