Precuela, historia paralela, spin off, … llámenla como quieran, pero Rogue One: Una historia de Star Wars (Gareth Edwards, 2016) es una buena película, y cumple con los requisitos mínimos para ser considerada como parte de la legendaria saga intergaláctica creada por George Lucas en el ya lejano 1977.

Desde que la multinacional Disney comprara las licencias de Star Wars hace cuatro años por un montante de tres mil millones de dólares y anunciase la producción de una nueva trilogía, algo cambió. El aire se impregnó de un aroma familiar y emocionante, los pelos se pusieron como escarpias. Luke, Han, Leia, Chewie y compañía estaban de vuelta en Star Wars VII: El despertar de la fuerza(J.J. Abrams, 2015).

Pese a la gran aceptación por parte de crítica y público, no todos acabaron satisfechos. Algo chirriaba en aquella película. Por mucho que sus creadores se esforzaran en satisfacer la libido de los fans, no transmitía lo que debía de transmitir. La saga original era una historia de una familia desestructurada envuelta en venganza, oscuridad, esperanza y que transcurría hace muchos años en una galaxia muy lejana. Episodio VII cuenta todo esto pero sin el sentimiento latente que debe de haber detrás de toda gran historia. Un producto adaptado para el consumismo inerte que reina en la industria cinematográfica de hoy en día. Básicamente el filme era una sucesión de clichés, diálogos y escenas absurdas e insubstanciales que le decían al espectador: “sí, esto es Star Wars, aunque no lo parezca”.

Todo esto cambia en Rogue One, aunque sólo sea de manera parcial. Tras un primer acto confuso e irregular, donde se pretende presentar a los nuevos héroes y mostrar sus motivaciones personales, ineficazmente, llega el nudo y el desenlace. Casi ni te lo esperas, porque empiezas a perder el optimismo y, de repente, te encuentras inmerso en una sucesión de explosiones y de tiroteos espectaculares. Apoteósico. Te unes en cuerpo y alma a los cuatro rebeldes de turno que intentan salvar la galaxia del malvado Imperio. Los músculos se ponen rígidos, los ojos se humedecen y sólo piensas en ponerte en pie y gritarle a la pantalla como si de una final de Champions se tratase. Rogue Oneconsigue emocionar, algo insólito en el cine actual y de estas características. Como dice la protagonista, “las rebeliones están construidas sobre esperanza”, y eso es lo que ha conseguido proporcionarnos la película, algo en lo que creer para el futuro.

Pablo Lodeiro