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José Manuel López García
Desde mi sillón

Lourdes y el Misterio de...

14-12-2019

En el santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Lourdes, Francia, la Iglesia Católica ha aprobado, hasta ahora, setenta signos prodigiosos o milagros.

Seamos ateos, agnósticos, creyentes en cualquier religión del mundo, seamos de cualquier confesión cristiana todo ser humano tiene que plantearse que es este fenómeno, que representa, qué veracidad, por qué se produce en el seno del cristianismo, y en concreto del catolicismo, etc. Es más, pienso que estas preguntas y similares, es un deber que toda persona se debe a si misma, exista en un lugar geográfico o cultural o ideológico o metafísico o religioso o en otro. Y es un deber y un derecho que tiene que realizar, no solo una vez en su existencia, sino varias. 

El proceso de la autenticidad o de la aprobación de un signo prodigioso o milagro, es simple y muy complejo. Véase e infórmese con más detenimiento de todos los pasos, en esencia, tiene que pasar por un tribunal científico médico, que a su vez, tiene de varias fases, y en segundo lugar, tiene que ser a su vez aprobado por un comité teológico religioso, y al final, tiene que ser sancionado por el Sumo Pontífice.

Ciertamente, antes, y no siempre se produce, la persona que cree ha sido curada de un mal, de una mal biológico, no psicológico o mental, de una enfermedad grave, tiene que presentar su caso, y después empieza una serie de estudios, análisis, aportación de documentos, datos, entrevistas, estudios, análisis. Pasando por sucesivas fases, en lo que se denomina comité científico o médico. 

Hay que indicar, que se creen que hay unas siete mil curaciones, que podrían ser o haber intervenido el Misterio o Lo Otro o el Buen Dios, pero el comité científico, internacional y formado por todo tipo de personas, incluso ateas, y, al final, la Iglesia ha restringido a solo setenta casos, actualmente aprobados con toda la legislación y habiendo pasado todo el proceso y sus sucesivas cribas… Dejo al lector o lectora que se informe de dichos pasos y dicha estructura y comprobará la seriedad científica y académica y universitaria y humana y teológica de esas personas y de los pasos sucesivos. 

Nos guste o no, seamos de una ideología o de otra, cultural o filosófica o metafísica o religiosa, no podemos negar que en Lourdes suceden realidades que superan nuestro entendimiento y nuestro conocimiento, tanto de las leyes naturales, que son diríamos superadas, y también, diríamos que nos enfrentan-confrontan al misterio-enigma del Misterio o del Buen Dios.

Es cierto, que en estos últimos años, acuden, indican entre cuatro o cinco millones de personas cada año. Que acuden varias docenas de miles de personas enfermas, y que la mayoría o no se curan biológicamente, pero si experimentan una curación moral o espiritual, una transformación o una conversión, que quizás, para muchos es más importante.

También hay que indicar, que hay personas que se sienten curadas, no solo del alma, sino del cuerpo, que por razones diversas no se prestan, no quieren seguir o empezar toda la organización del estudio de si es milagro o no, que dura más de diez años, para comprobar que la mejoría es instantánea y definitiva, y de una enfermedad grave, demostrada por suficiente documentación, de que antes de ir allí, esa persona estaba real y gravemente enferma, etc. 

La Virgen de Lourdes se apareció a Bernadette Soubirous, 1844-1879, entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858. Este hecho está aprobado oficialmente por la Iglesia Católica, que de paso hay que indicar, que en estas cuestiones, e igual, que en los signos prodigiosos o milagros, casos extraordinarios y especiales, es muy cauta y prudente y sosegada en aprobar o en afirmarlo o en aceptarlos.

No debemos obviar, ni olvidar que dentro del cristianismo, siempre ha sido una religión o revelación o debelación o desvelación religiosa o espiritual, con un alto nivel o contenido, no solo dogmático y moral y moral espiritual, ni solo ascético, ni solo ascético místico, sino también un alto nivel carismático y taumatúrgico. Dicho de otro modo, en los Cuatro Evangelios, por parte del Nazareno se narran, cuarenta signos prodigiosos o milagros, teniendo en cuenta, que solo son unos cientos de versículos o frases entre los cuatro textos. Y también indicar que en el seno del cristianismo, especialmente el catolicismo, siglo tras siglo, se producen estos fenómenos extraordinarios, por ejemplo, para la aprobación de ser beato o santa. 

Por ejemplo, en la antigüedad romana, hubo un gran lugar de peregrinación, debido a que estaba enterrado un mártir, llamado San Menas en Egipto. Diríamos que fue el Lourdes de la antigüedad, pero debido a los cambios políticos en siglos posteriores, dicho santuario fue quedando en el olvido y la sombra, aunque el edificio material de iglesias y su complejo arquitectónico, todavía quedan algunas ruinas. 

Usted como persona, me dirijo al hipotético lector o lectora, de este modesto artículo, usted esté situado en la ideología-cultura-metafísica-situación-psicología-ambiente-situación que esté, tiene el deber hacia usted mismo, hacia sus próximos o familiares, ante la sociedad, ahora y presente, y para el futuro, de enfrentarse a este problema. Es decir, el misterio y el enigma y el Misterio de Lourdes. Que es en definitiva, el gran misterio de lo humano, y el gran Misterio de Dios. Porque, hasta dónde yo sé, no hay nada en el planeta que se parezca a este fenómeno, y que pase todos los controles y análisis y estudios y crítica como sucede aquí en Lourdes en cuestión de milagros y signos prodigiosos…

Usted, tiene el deber y el derecho, de irse informando, cada uno según sus posibilidades y sus conocimientos y su tiempo, pero usted tiene el derecho y el deber hacia si mismo y hacia los demás, de profundizar en este tema o en esta cuestión. 

Porque, ser creyente o no serlo, ser creyente en el cristianismo o no serlo, ser creyente en Dios o no serlo, ser o no ser, ser o no ser esta es la gran cuestión. Ser o no ser, creyendo que existe Dios o que existe esta revelación, del cristianismo o no, este es el gran tema, la gran pregunta y la gran incógnita y el gran misterio de todo ser humano. Porque ser o no ser, es estar o no estar de una manera o de otra frente a si mismo, frente a los demás, frente al Buen Dios o el Gran Misterio…

jmm caminero


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