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José Manuel López García
Desde mi sillón

'Lemas IV de Juan de Portoplano'

23-07-2020

Frente a un libro con las hojas abiertas, y con renglones de letras y frases, el de Portoplano, sabía, que un libro, a veces, no es un libro, sino un espejo, dónde el interior se expande hacia fuera, y el exterior hacia el libro, y el libro hacia el interior del que lo percibe-mira-lee-piensa-siente… 

- Me considero, modestamente, mirando mi pasado, que siempre he sido un librepensador, y por ser librepensador, no digo que me hayan metido en la cárcel, porque vivo en una sociedad abierta y democrática, pero si se me han cerrado demasiadas puertas. 

Muchos, puede que se ofendan, por esta afirmación, pero creo que es un juicio justo y equitativo y racional y prudente, y consecuente con mi pequeña realidad. Mi historia biográfica a nadie le interesa, pero esta es la realidad. 

No creo que nadie, tenga la verdad absoluta, ni el error absoluto, de todo y de todos, grupos o individuos o ideologías o estamentos sociales, de todos he querido y he intentado aprender o desaprender. Ese ha sido mi delito, ser simplemente un librepensador, que para eso, no tiene que atarse a ningún grupo o ideología, esté o no esté de acuerdo con sus axiomas, en mayor o menor grado. 

En la historia de mi sociedad, ser un librepensador, aunque no critiques apenas a nada, ni a nadie, es muy difícil. Se paga un peaje muy grande, de silencio, invisibilidad, ninguneo, etc. 

- Sé, que no soy, ni seré jamás un escritor-pensador-filósofo-autor plástico de primera categoría, quizás sea de quinta o décima, pero pienso que los panaderos o médicos o fontaneros o ejecutivos de quinta categoría también tienen derecho a tener un pequeño lugar en sus mundos. Creo que mi trabajo también merece tener un pequeño lugar en el mundo de la cultura, en general, y en sus diversas áreas o disciplinas en los que he trabajado, aunque sea a nivel local, provincial o regional… 

Y, si se citan a cien de una provincia en una especialidad o actividad, sea el ensayo o la literatura o el arte plástico, creo que no es mucho esperar, que uno, uno no sea olvidado totalmente, no su persona, sino su trabajo, aunque sea considerado el último. Pero si existen en mi provincia, cien poetas, digo yo, que mi trabajo merece un pequeño lugar en ese campo, aunque sea el último. Si existen cien pintores o autores plásticos, lo mismo. Si existen cien escritores, pues igual. Si existen cien ensayistas o pensadores o filósofos, pues, aunque sea el último en calidad y lugar, quizás también lo merezca. 

¡¿Es mucho pedir esto…!? ¡¿Demuestra esta pequeña petición mucha soberbia o vanidad o grandilocuencia o engrandecimiento o egoísmo o…!?- Tanto he pensado, por y para el bien de la Mancha, ideas y sugerencias, que pueden ser aplicadas en cualquier región de la Península y en cualquier lugar del mundo. Tanto he pensado, y algo de ello he escrito y publicado. Y, siempre, la respuesta es el silencio. Entre docenas y cientos de ideas, que he expuesto, especialmente en periódicos digitales, me pregunto, acaso no alguna o algunas podrían ser aplicadas, estudiadas, analizadas, materializadas en la Mancha o en cualquier otro lugar… Al final, solo deseo que la cultura no se pierda, y que se cree empleo… 

- Quizás, ser migrante, sea interior o exterior, hace que las fiestas de dónde partes se van olvidando, pero las fiestas a donde llegas, nunca son tan propias. Al final, te conviertes, en un cierto grado de desarraigo, aunque te hayas trasladado mil kilómetros o cuarenta… 

- Demasiadas personas, no pueden entender o comprender, que en un momento o día, alguien no te salude, porque no se acuerda de qué te conoce. Esto puede traer a muchas personas muchas desavenencias con muchas personas. Hecho sin mala intención. 

- Alguien que saluda a todo el mundo, sin darse cuenta no saluda a alguien, porque no lo reconoce en qué contexto social o de qué lo puede conocer, se convierte en alguien, que después que lo recuerda, ya no lo saludará más… 

- Después de décadas de producción cultural propia, sea mediocre o sea notable, pero después de lustros de realizar esta producción y mi sociedad, a mi sociedad, no interesarle, prácticamente nada o casi nada, ¿qué debo pensar yo, de esta obra, y de mi sociedad y de mi mismo como autor o escribiente o “pintante” o pensante? 

- Todo ser humano, sea de una etnia o de otra, de una lengua o de otra, de un color de piel o de otro, de ayer o de hoy, desea y necesita y quiere ser amado y estimado. Diríamos que es la condición humana… 

- Cada persona lleva y arrastra su dolor, no lo hagamos más grande, no le creemos más dolores y heridas y traumas. Esta ha sido la filosofía esencial de mi vida. Para eso he medido las palabras, los gestos, los actos, las omisiones, los pensamientos, los deseos… 

El de Portoplano estaba cansado de tanto observar, de tanto pensar, de tanto escribir, de tanto buscar lo blanco y lo negro de la evidencia, el de Portoplano estaba cansado de tanta soledad y silencio…

jmm caminero


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