El porcentaje de mujeres en carreras científicas y tecnológicas todavía es reducido en España y parte del problema se arrastra desde la infancia, por eso hay que romper barreras en la escuela, pero también desde la política o los medios, dando visibilidad a las geniales matemáticas, ingenieras o físicas.
A los seis años las niñas ya asocian brillantez con masculinidad; más adelante, en la adolescencia, sienten mayor ansiedad ante las matemáticas que los chicos y muestran, además, menos seguridad en sus habilidades, especialmente en las asignaturas de ciencia. EFE