Un total de 993 personas fueron ejecutadas en 2017 por la pena de muerte en el mundo, una cifra mínima que supone un descenso del 4% respecto al año anterior y del 39% en comparación con 2015, según el informe anual de Amnistía Internacional (AI) sobre esta condena.
La organización celebró este descenso global en la presentación del documento en Londres, aunque apuntó que hay que "seguir trabajando" y recordó que China continúa siendo el "lado amargo del progreso", donde las cifras correspondientes a las miles de ejecuciones consumadas en 2017 están clasificadas como secreto de Estado. EFE