Vozpópuli. El nuevo PP ha echado a andar con decisión y algunos trompicones. El proceso de integración llevado a cabo por Pablo Casado resultó impecable. Asumió a la mayor parte de la gente de Cospedal con generosidad. Los colocó a todos en puestos destacados. Incorporó también a muchos fieles de Soraya Sáenz de Santamaría. Sólo la vicepresidenta y sus dos escuderos, José Luis Ayllón y Fátima Báñez, se quedaron fuera. Un compromiso cumplido que acarrea severos inconvenientes.
Emergen ya las primeras quejas sobre algunas piezas en el nuevo engranaje. Muchas miradas se han posado por ejemplo en Dolors Montserrat, que, tras ejercer como portavoz de la campaña de Cospedal en las primarias, asumió la jefatura de la bancada popular en el Congreso.
Hay quien le achaca una notable inexperiencia para un puesto tan decisivo y complicado. Incluso se le reprocha no haberse enterado de la jugada del PSOE que coló por la puerta de atrás la reforma de la ley de Estabilidad Presupuestaria mediante una enmienda a la Ley de Violencia de Género. "Estaban advertidos, se lo habían dicho, pero no se supo reaccionar", comenta un diputado de la 'vieja guardia'. María Jesús Montero, supuesta ideóloga del este regate parlamentario socialista, ya lo había consumado en sus tiempos como consejera en laJunta de Andalucía. "Van a por Dolors, es injusto porque nada se podía haber hecho frente a esta jugarreta", señalan los defensores de Montserrat. Leer más