EFE | Paul Manafort, el exjefe de campaña del ahora presidente de EEUU, Donald Trump, ha sido condenado este jueves a tres años y once meses de prisión por los ocho delitos de fraude de los que fue declarado culpable el pasado mes de agosto.
La condena contra Manafort no tiene relación con las actividades que desempeñó como jefe de la campaña de Trump, aunque es producto de la investigación sobre la trama rusa que encabeza el fiscal especial Robert Mueller. Manafort, de 69 años, enfrentaba hasta 24 años de cárcel por los
delitos de fraude fiscal y bancario por los que fue condenado, pero el
juez del caso, T.S. Ellis, con tribunal en Virginia, afirmó que esa
cifra hubiese sido excesiva.
Por su parte, el que fuera jefe de campaña de Trump entre junio y agosto de 2016, dijo antes de recibir la condena que se sentía “humillado y avergonzado” y pidió a Ellis que fuera benévolo.
Manafort fue puesto en arresto domiciliario tras su imputación el 30
de octubre de 2017, pero el 15 de junio del año pasado se decretó su
ingreso en prisión al ser acusado de intentar influir en las declaraciones de otros testigos.
La condena recibida está relacionado con el trabajo de Manafort para
gobiernos extranjeros entre 2006 y 2017, por el que no cotizó al erario
público. De hecho, Manafort tuvo que dimitir como jefe de campaña
de Trump tras descubrirse que había ocultado a las autoridades un pago
de 12,7 millones de dólares que recibió por asesorar al depuesto presidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014).
Además de su proceso por fraude fiscal y bancario, Manafort aún tiene
pendiente otro caso, ese sí vinculado a la investigación de Mueller
sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016, por haber
mentido a los fiscales tras alcanzar un acuerdo de colaboración con
ellos para recibir una condena reducida. Está previsto que Manafort
reciba esa segunda condena el próximo miércoles, 13 de marzo.
Mueller y sus fiscales investigan la supuesta injerencia del Kremlin
en los comicios presidenciales de 2016, así como los posibles contactos
entre miembros de la campaña de Trump y funcionarios rusos.