Vozpópuli | ¿Cómo se ‘fabrica’ un habitante de la península ibérica? Si usted acude a una empresa de análisis de ADN ancestral
y deja una muestra de saliva, le darán los ingredientes del ‘producto’
final: un poquito de los primeros íberos, algo de los romanos, una pizca
de cartaginés y un buen fondo de plato africano. Tendrá una bonita
lista de sus antepasados, pero no dispondrá de la información sobre cómo se mezclaron todos estos genes en el transcurso de los siglos. Para eso necesitará consultar los dos
grandes estudios genéticos que se publican este jueves en las revistas Science y Current Biology y que son lo más parecido que tenemos hasta ahora a una 'receta' de cómo hemos llegado a ser lo que somos.
El primero de los trabajos, liderado por el español Iñigo Olalde, que investiga en la Universidad de Harvard en el laboratorio de David Reich, se ha basado en el análisis de los genomas de 271 habitantes de la península de diferentes épocas históricas y abarca los últimos 8.000 años de nuestra historia. “La muestra más
antigua es del 6.000 a.C. y la más actual de hace 500 años”, explica
Olalde a Next. “La idea era abrir ventanas al pasado, muestrear a estos
individuos y saber qué poblaciones llegaron en los distintos periodos”.
Esto ha supuesto un trabajo meticuloso de más de tres años en el que Olalde ha coordinado el esfuerzo de decenas de arqueólogos españoles y portugueses que enviaron muestras de ADN de distintos yacimientos y han contribuido a dibujar este gran mapa del “tránsito genético”.
El resultado muestra una imagen inédita de la transformación de la
población ibérica a lo largo de las diferentes etapas históricas y
prehistóricas y una mezcla fascinante de historias individuales y colectivas. Historias que explican desde cuándo apareció la tolerancia a la lactosa, por qué los vascos han cambiado menos genéticamente desde la Edad del Hierro o qué sucedió hace unos 4500 años, cuando poblaciones que venían de las estepas reemplazaron a los varones ibéricos.
Además de testimonios físicos de cómo se movieron los griegos, los
romanos y los visigodos de un lado a otro de la península o la aparición
de los primeros africanos en el centro de la meseta.
“Hemos pasado de leer la historia de estos movimientos a tener datos
genéticos de los individuos que vivieron estos acontecimientos”, explica Carles Lalueza Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva y coautor del estudio. Leer más