EFE | España,
Francia y Alemania quieren que el futuro presupuesto para la eurozona
sea controlado por los países que comparten la moneda única y no por
todos los Estados miembros de la Unión Europea.
"Pediremos una gobernanza de los 19 Estados miembros porque no podemos
aceptar que se tenga un presupuesto de la eurozona decidido e
implementado por los 27 (países de la UE). Depende de los 19 decidir
cuál debería ser el nivel de este presupuesto", dijo el ministro de
Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, a su llegada a la reunión
del Eurogrupo hoy en Bucarest.
También el titular alemán de Finanzas, Olaf Scholz,
abogó por una "gobernanza propia donde, dentro de las estructuras de la
UE, los países que están vinculados al euro tengan la posibilidad de
decidir sobre el uso de estas opciones" económicas.
También España es partidaria de que el futuro presupuesto sea un
instrumento específico para la eurozona gobernado por los países
miembros de la misma. En diciembre pasado la UE
decidió poner en marcha un instrumento presupuestario destinado a
mejorar la competitividad y reducir las diferencias económicas entre los
países del euro que también estaría abierto a los estados que quieran
sumarse en el futuro a la moneda única.
Según lo
pactado entonces, este instrumento se enmarcaría en el presupuesto
general de la UE, pero su dirección estratégica debería estar en manos
de los países del euro. En este contexto, los
ministros no han logrado todavía un acuerdo sobre quién decidirá sobre
el uso de los fondos, cuestión que debaten hoy en Bucarest con el fin de
llegar a junio con un acuerdo.
"Tenemos que ver cómo
se articulan los países del euro y otros posibles países que puedan
participar, por ejemplo, en la unión bancaria y este es el contexto en
el que se presenta la posibilidad de un acuerdo intergubernamental para
que sea solo los países de la zona euro los que tomen las decisiones",
dijo la ministra española de Economía, Nadia Calviño, a su llegada a la
reunión.
La idea francoalemana de establecer el
presupuesto a través de un acuerdo intergubernamental entre los países
del euro busca permitir que estos hagan aportaciones adicionales al
mismo, más allá de sus contribuciones al presupuesto global de la UE.
España está abierta a esta posibilidad pero solo si el instrumento que
finalmente se diseñe puede ser utilizado para estabilizar la economía en
momentos de crisis, algo que consideran fundamental. En el lado contrario, los países de fuera de la eurozona reclaman tener voz en la gestión de este instrumento.
"Esta discusión en partes separadas no es el enfoque adecuado. Cuando
debatimos sobre la eurozona debatimos también de los que hoy no están en
el euro, porque al final todos formaremos parte" de la moneda única,
dijo el ministro rumano de Finanzas, Eugen Teodorovici, cuyo país
ostenta la presidencia semestral de la UE y no usa el euro.