EFE | Gaza
y sus alrededores amanecieron hoy en calma y el Ejército israelí
anunció el levantamiento de las limitaciones a su población civil, tras
el anuncio de madrugada de un acuerdo de alto el fuego con mediación
egipcia para poner fin a dos días de violencia en los que han muerto 27
personas.
"Desde las siete de la mañana (4.00 GMT), todas las restricciones de
protección en el frente interior serán levantadas", informó el Ejército
en un breve comunicado, enviado tras informaciones en medios locales de
que las partes habían acordado una tregua, con la ayuda de Egipto, Catar
y la ONU. Fuentes oficiales palestinas en Gaza informaron anoche de que el alto
el fuego entraría en vigor a las 4.30 hora local (1.30 GMT), y desde
esa hora no se volvió a producir ningún lanzamiento de cohetes de las
milicias hacia territorio israelí.
Las últimas alarmas antiaéreas se activaron en las localidades
adyacentes a la Franja en torno a las 2.30 hora local (23.30 GMT del
domingo), informó el Ejército, que añadió que durante la madrugada atacó
30 objetivos militares de Hamás y la Yihad Islámica, incluidas
plataformas de lanzamiento de cohetes, un centro de operaciones militar,
almacenes de armas y centros de entrenamiento.
El exjefe del Estado Mayor israelí y ahora diputado Benny Gantz
criticó el alto el fuego -no confirmado oficialmente-, señaló que este
supone "una nueva rendición al chantaje de Hamás y las organizaciones
terroristas" y mostró su esperanza de que "si se renueva la violencia,
la respuesta será severa", informó el diario Haaretz.
Según medios palestinos, Hamás ha exigido que para esta nueva tregua
se implementen los términos establecidos en la acordada tras la última
ola de violencia a fines de marzo, incluyendo la mejora de las
condiciones en la Franja, la expansión del área de pesca en las costas
del enclave y la autorización por parte de Israel de la entrada mensual
de dinero enviado por Catar y de distintos bienes y ayuda humanitaria.
Desde la mañana del sábado las milicias palestinas en Gaza lanzaron
690 cohetes contra Israel (240 de ellos interceptados por el sistema
antimisiles Cúpula de Hierro), a los que este respondió con más de 350
ataques a posiciones militares, convirtiéndose así en la escalada de
violencia más importante desde la guerra del 2014.
En los dos últimos días, han muerto en la violencia cuatro civiles
israelíes y 23 palestinos, de los cuales al menos 12 eran milicianos,
dos eran mujeres embarazadas y otros dos menores.
El Ejército niega que la muerte de una de las mujeres y un menor
fuese provocada por sus bombardeos y asegura que se debió a un cohete de
las milicias que cayó dentro del enclave palestino.