EUROPA PRESS | Arriva, filial de la operadora ferroviaria pública alemana Deutsche
Bahn, ha logrado luz verde de la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia (CNMC) para entrar a competir con Renfe mediante la
explotación de un servicio de transporte internacional en tren
convencional entre A Coruña y Oporto.
Se trata de la segunda
empresa que lograr autorización para prestar servicios ferroviarios
internacionales, ya liberalizados, después de que a finales de 2018 la
consiguiera Ilsa, firma de Acciona y la familia propietaria de Air
Nostrum, en este caso para un AVE entre Madrid y Montpellier que, no
obstante, no ha comenzado a operar.
De esta forma, ambas se
posicionan ante la apertura a la competencia de la red AVE a partir de
diciembre de 2020, para la que, de hecho, Ilsa ya se ha postulado. En el caso de Arriva, el 'superregulador' le autoriza a prestar el
servicio entre Galicia y el Norte de Portugal al considerar que su
puesta en marcha "no compromete" la conexión que presta Renfe, que tiene
consideración de servicio público y recibe subvención estatal.
En concreto, estima el eventual impacto en el servicio de Renfe "muy
por debajo" del umbral del 1% que la normativa fija para rechazar
cualquier propuesta de un operador de prestar una conexión en
competencia directa con una de servicio público. La CNMC ha
analizado el servicio que propone Arriva para determinar su eventual
impacto en los viajeros y en Renfe, tanto negativo por pérdida de
ingresos por venta de billetes como positivos, en forma de eventuales
ahorros de costes y beneficios.
La comisión concluye que la
posibilidad de ahorros para Renfe son "limitadas" por tratarse de trenes
de servicio público se refiere, pero que lo mismo ocurre en cuanto a un
eventual 'robo' de pasajeros dado los descuentos que ya tienen por
'bonos multiviaje'.
"Beneficiosa" para los viajeros
No obstante, el órgano que preside José María María Quemada considera
que la puesta en marcha de la nueva conexión por Arriva "beneficia" a
los usuarios, dado que "proporciona nuevas frecuencias y posibilitará
nuevos servicios combinados con autobús". Arriva recibe
autorización así para su servicio un año después de solicitarlo a la
CNMC en mayo de 2018 aprovechando que ya están abiertas a la competencia
las conexiones que tengan gran parte de su servicio internacional.
En concreto, la filial de Deutsche Bahn pretende prestar un servicio
entre las ciudades de A Coruña y Oporto. Dado que la conexión tendrá
paradas en las estaciones de A Coruña, Santiago de Compostela,
Pontevedra y Vigo Guixar, ofrecerá servicios entre estas ciudades
gallegas alternativos a los que ya presta Renfe.
Cuando pidió
autorización para su servicio, Arriva manifestó su intención de arrancar
el servicio con un oferta de cuatro frecuencias diarias en ambos
sentidos, que realizarán el trayecto, de 342 kilómetros de longitud, en
un tiempo de viaje de 2 horas y 46 minutos. Arriva considera
que su tren se ofrecerá en dos territorios, Galicia y el Norte de
Portugal que presentan "un gran dinamismo socioeconómico" y gran
"relaciones de movilidad". EP