EFE | España
sigue acumulando solicitudes de asilo pendientes de resolver y ya son
más de 100.000 las personas que están esperando una respuesta, ha
denunciado hoy la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que ha
urgido al Gobierno a recuperar el "espíritu del Aquarius".
"Vivimos malos tiempos para el asilo", ha lamentado la secretaria
general de la organización, Estrella Galán, durante la presentación de
su informe anual "Las personas refugiadas en España y en Europa", en la
que ha reclamado un Pacto por el Asilo y ha subrayado que, pese a que
este año se van a alcanzar nuevamente cifras históricas, "eso no nos
tiene que generar miedo, sino muy al contrario". Hasta el 31 de mayo, se habían presentado 46.596
peticiones; por tercer año consecutivo, la nacionalidad principal es la
venezolana (16.845), seguida de la colombiana (10.122), nicaragüense
(2.698); hondureña (2.666) y salvadoreña (2.078). Desaparece así de la
lista Siria, que a cierre de 2018 ocupaba el tercer lugar con 2.901.
Así, los datos reflejan que España va amontonando alrededor de 7.000
peticiones pendientes de resolver al mes: el año pasado acabó con
78.705, en enero de este año subieron a 85.185 y en febrero a 93.140
hasta que, el 31 de marzo, se situaron en 102.890.
Sin embargo, a pesar de esa escalada, la tasa de los expedientes
favorables sigue muy por debajo de la media europea, que es del 38 %:
España solo concedió protección a una de cada cuatro personas que la
pidieron en 2018, el 24 %, ha censurado Paloma Favieres, directora de
Políticas y Campañas de la organización.
Del Aquarius al bloqueo de los barcos ONG
Entre los que aún están en ese limbo esperando una contestación a su
demanda se encuentran los cientos de personas que llegaron al puerto de
Valencia hace un año a bordo del Aquarius después de que Italia y Malta
les cerrasen sus puertos; según datos del Ministerio del Interior, 371
de los 629 inmigrantes que llegaron en ese buque han presentado su
solicitud y todas han sido admitidas a trámite y están en fase de
instrucción. Favieres ha confiado en que ellos puedan
terminar recibiendo algún tipo de protección porque “no sería
coherente” que tras la acogida extraordinaria que se les dio “se les
abandonara ahora a su suerte”.
Pero mucho ha cambiado
la actitud del Gobierno respecto a aquel "gesto inicial" del Aquarius:
"de ahí se ha pasado al cierre de nuevas llegadas, a poner dificultades a
barcos españoles -como el Open Arms o el Nuestra Madre Loreto- y a
recuperar acuerdos con Marruecos de 1992 para expulsar inmigrantes", ha
lamentado Galán. "Los acuerdos estrella son los
acuerdos con terceros países que no son seguros: Turquía, Libia y
Marruecos", ha continuado la secretaria general de Cear, organización
que este año conmemora su 40 aniversario.
Un pacto de estado frente a los xenófobos
No obstante, Galán ha valorado algunos pasos dados por el Ejecutivo,
como fue la firma del pacto mundial por las migraciones en diciembre y
que puede permitir "un cambio de paradigma", la puesta en marcha de los
Centros de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) o la creación de
nuevas plazas de acogida.
"Pero no es suficiente",
ha señalado Galán, quien ha recordado que, el año pasado, España se
convirtió en la primera ruta marítima de llegadas con 58.569, algo más
de la mitad de todas las contabilizadas en Europa; 811 murieron tratando
de alcanzar costas españolas, 2.299 en todo el Mediterráneo.
Aunque ha mostrado su optimismo con la posibilidad de que un Gobierno
progresista recupere el "espíritu del Aquarius" los próximos cuatro
años, también ha trasladado su preocupación por la entrada de "los
extremistas en las instituciones", que dificultarán “hacer políticas de
derechos humanos”. Porque con ellos se ha vuelto a
un lenguaje “bélico” y “falso” en torno a la inmigración y a debates que
“estaban superados”, situando a estas personas que huyen de sus países
en el "objetivo claro" a batir.
Mientras, los partidos progresistas “han aminorado su defensa de los derechos humanos” en el periodo electoral.
Por todo ello, ha urgido al nuevo Gobierno que debe formarse a promover
un Pacto de Estado por el Asilo que se base en los acuerdos mundiales
sobre Migración alcanzados en diciembre y que tenga un único centro: las
personas.