EFE | La
Guardia Civil ha confirmado que Julen, el niño de dos años que murió
tras caer a un pozo Totalán (Málaga) el 13 de enero, quedó atrapado bajo
la tierra que arrastró en su caída de unos 70 metros, una altura
equivalente a un edificio de entre 20 a 23 pisos.
Según las conclusiones del informe de los especialistas del departamento
de Medio Ambiente del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil,
al que ha tenido acceso Efe, se descartan cuerpos extraños en el tapón
de tierra que cubría a Julen, que fue rescatado el 26 de enero. La Fiscalía malagueña había solicitado un análisis de las muestras de
tierra para descartar la existencia de piedras que hubieran podido
causar su muerte así como que hubiese sido enterrado intencionadamente.
Según
los investigadores, el niño en la caída libre habría arrastrado
materiales de las paredes irregulares del pozo, ya que no estaba
encamisado con ningún tubo y también hubo pequeños desprendimientos al
intentar ayudar el padre y en las primeras horas del rescate. Los
investigadores han analizado un total de 23 muestras tomadas en la zona
que rodeaba el sondeo, de la parte superior, lateral o inferior del
punto en el que quedó atrapado Julen, de restos encontrados en la mano y
del esófago del menor.
También han sido analizados restos de la
cuba empleada para depositar la arena que se aspiró en el sondeo para
liberar el tapón de tierra bajo el que quedó el pequeño. El
resultado es concluyente, ya que de las 23 muestras, 22 contienen restos
minerales compatibles con los materiales geológicos de la zona, por lo
que el informe señala que "las muestras no presentan diferencias
significativas a sus propiedades físicas (color y granulometría),
químicas y mineralógicas".
Sólo una muestra, la extraída de la
cuba del camión, difiere del resto pero, en el informe la Guardia Civil
lo atribuye a materiales depositados anteriormente en el vehículo. La
Fiscalía malagueña solicitó la semana pasada tres años de prisión para
el dueño del terreno de Totalán, David Serrano, así como que indemnice a
los padres del menor por la muerte de su hijo y a la Junta de Andalucía
por el valor de los daños y perjuicios causados que se determinen en
ejecución de sentencia.
En el escrito acusatorio, el ministerio
público afirma que el acusado "era el único conocedor de la presencia
del pozo" y "a sabiendas de todo ello y de la falta de protección
suficiente y adecuada, no adoptó medida alguna para evitar cualquier
posible resultado lesivo, poniendo en peligro la vida de los dos
menores: su propia hija y Julen, que finalmente cayó por él".