EFE | Un
nuevo Gobierno tendrá que esperar, pero el Parlamento no espera. El
Congreso y el Senado formarán la semana próxima la mayoría de las
comisiones parlamentarias que permitan tramitar propuestas legislativas y
posibles comparecencias del presidente y de los ministros, aunque sigan
en funciones.
Despacio ha ido carburando la actividad en las
Cortes Generales después de la sesión constitutiva del 21 de mayo; dos
meses más tarde, las Cámaras estarán a pleno rendimiento y fuentes
parlamentarias consultadas por Efe no descartan que en agosto haya
trabajo. Durante este mes los tiempos de la investidura del
candidato socialista, Pedro Sánchez, y los del Congreso y el Senado han
avanzado a ritmos iguales.
Entre reivindicaciones por
comenzar cuanto antes, sobre todo procedentes del PP y de Cs, a las que
se sumó Unidas Podemos, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet,
fijó fecha para crear la Diputación Permanente, el pasado martes, día
23. A partir de entonces, se ha desplegado el
calendario: las comisiones cogerán forma el martes y el miércoles
próximos en el Congreso, en tanto que en el Senado lo harán el
miércoles, todas de golpe.
Pese a ello, la negociación
para la investidura que iniciaron el PSOE y Unidas Podemos el fin de
semana pasado, y que a pesar de la crispación mantuvo hasta el último
instante la posibilidad del acuerdo, provocó que los grupos sopesaran
retrasar la creación de las comisiones. Dado que tales
órganos parlamentarios deben amoldarse a la estructura del Gobierno, un
nuevo Ejecutivo de Sánchez habría provocado cambios en los nombres y en
su número, en correspondencia con los ministerios.
Sin
embargo, fracasaron las negociaciones y fracasó la investidura del
candidato socialista, y los grupos entonces repartieron los papeles de
sus diputados entre las comisiones previstas. Comisiones,
cabe recordar, que en su mayoría se denominarán igual que los
departamentos ministeriales del actual Gobierno. Aparte hay otras de
ámbito exclusivo parlamentario.
En el Congreso se
constituirán 24 y en el Senado, 29, y aunque el método de composición no
es complejo, suele venir precedido de una serie de acuerdos políticos. Para
que las comisiones empiecen a funcionar deben formarse sus mesas, es
decir, los órganos que ordenan los debates y marcan las sesiones en el
calendario.
Las mesas las integran un presidente, dos
vicepresidentes y dos secretarios, que los 43 diputados de cada comisión
-es el número acordado para esta legislatura- votan en urna por
llamamiento. Tienen que depositar unas papeletas con el nombre pactado
para los diferentes puestos. Los grupos llevan una
semana negociando quiénes los asumirán, pues no es baladí en el Congreso
y en el Senado gestionar las mesas de las comisiones.
Fuentes
parlamentarias han indicado a Efe que las negociaciones no han resuelto
aún el reparto de los cargos, especialmente las presidencias. El PSOE
contempla que Unidas Podemos, su supuesto socio en la Cámara Baja,
ejerza cuatro o cinco, pero las reticencias no se han evaporado. Desde
las direcciones de ambos grupos recalcan que el desenlace de las
conversaciones para la investidura no influirá en la distribución de las
presidencias.
El grupo socialista, por ser el
mayoritario, es el que lleva la batuta y el que ofrece a los distintos
grupos un número de comisiones más o menos ajustado a su representación
parlamentaria. En el PP y en Cs prefieren ser
prudentes porque durante los últimos días han intercambiado propuestas
que les generan más antipatías que simpatías, pues comisiones
tradicionalmente en manos de la oposición, como Presupuestos o Pacto de
Toledo, podrían quedar fuera de su órbita.
También es
motivo de fricción la presencia de Vox. El PSOE quiere excluir a sus
representantes de las mesas, demanda que no comparten ni los populares
ni la dirección de Ciudadanos por una razón: son el quinto grupo de la
Cámara.Otro de los flecos por cerrar es la entrada en
el listado de presidencias de ERC y del PNV. Las fuentes consultadas
estiman que ambos asumirán una o dos cada una.
Haya o
no acuerdo, las comisiones se harán realidad la semana que viene, y
aunque en agosto no se prevén sesiones extraordinarias, les irán
llegando las iniciativas de los grupos ya registradas más las nuevas que
presenten. Pudiera ser que reciban alguna de las tres
peticiones de comparecencia que la Diputación Permanente debatirá el
martes que viene, entre ellas una del PP y de Cs para que Sánchez
explique por qué no ha cesado al ministro de Interior por los incidentes
contra dirigentes de la formación "naranja" en la manifestación del
Orgullo.
Si saliera adelante esta reclamación, lo que
sería una sorpresa por no estar avalada a priori por la mayoría de la
Cámara, se tendrá que convocar un pleno extraordinario. Las
fuentes consultadas, además, puntualizan que está pendiente la
celebración de un pleno para que Sánchez informe sobre los acuerdos que
desembocaron, a primeros de este mes, en la renovación de las más altas
autoridades europeas.
Agosto no paralizará
completamente el Congreso, aunque sin duda bajará su actividad a la
espera de otra Diputación Permanente a lo largo de la segunda quincena. Y a la espera de que Sánchez reanude las negociaciones para una nueva investidura, seguramente en septiembre.
Para entonces, el Congreso y el Senado habrán salido del actual letargo veraniego.