EFE | El
empleo a tiempo parcial ha crecido un 18 % en la última década,
alcanzando ya al 15 % de los ocupados, un incremento que ha sido más
agudo en el caso de los hombres, aunque siguen siendo mayoría las
mujeres.
El mercado laboral español cuenta con 2,9 millones de ocupados con un
contrato laboral a tiempo parcial, 435.000 más que hace diez años, un
aumento que contrasta con el descenso (6 %) que ha experimentado el
número de empleados a tiempo completo, según los datos extraídos de la
Encuesta de Población Activa (EPA).
El incremento del empleo a tiempo parcial de la última
década se ha repartido entre el masculino (232.500 más) y el femenino
(203.000 más), si bien tres de cada cuatro trabajadores que tienen una
jornada inferior a la completa son mujeres. Así,
735.500 hombres y 2,16 millones de mujeres terminaron el año pasado
trabajando con una jornada parcial, cifras que han aumentado un 46,2% y
un 10,4 %, respectivamente, respecto a los datos de finales de 2008.
En una entrevista con Efe, la secretaria de Empleo de CCOO, Lola
Santillana, considera que esta parcialidad eminentemente femenina es
consecuencia de la ausencia de medidas de discriminación positiva en las
empresas enfocadas a generar una mayor igualdad en el acceso al empleo
de hombres y mujeres.
Los sindicatos reclaman a las
empresas que, a través de la negociación colectiva, se introduzcan
mejoras en los convenios que actúen como correctivo de esa brecha de
género en el empleo parcial, un guante que recoge la patronal.
La directora de Relaciones Laborales de la CEOE, Rosa Santos, sostiene
en una entrevista con Efe el compromiso de atajar todas las brechas
(ocupación, formación, salario, pensión...) al tiempo que aboga por
actuar también en un cambio de roles y estereotipos: "El tiempo parcial
tiene mucho que ver con el reparto de cargas en el hogar".
De los casi tres millones de ocupados con jornada a tiempo parcial, la
mitad, 1,5 millones de personas (un millón de ellas, mujeres) lo eran de
forma forzosa, es decir, porque no han logrado encontrar un empleo con
jornada completa.
Esta tasa de "parcialidad no
voluntaria" se situaba a finales de 2018 en el 52,7 %, 14 puntos por
encima de los datos de 2008, si bien es superior en el caso de los
hombres (59 %) que en el de las mujeres (50 %). Al
observar la evolución por sectores de la jornada parcial en la última
década, el incremento ha estado sustentado prácticamente en su totalidad
en los servicios, con un ligero aumento en la industria y un retroceso
en la agricultura (23.500 menos) y la construcción (12.100 menos).
Para Santillana, este incremento de la jornada parcial esconde un uso
fraudulento que realizan las empresas escondiendo en realidad jornadas
completas, por lo que considera necesario potenciar el control de
jornada y mejorar la dotación de personal de la Inspección de Trabajo.
En el mismo sentido, la secretaria de Políticas Sociales, Empleo y
Seguridad Social de UGT, Mari Carmen Barrera, añade en una entrevista
con Efe que además hay que cambiar la legislación y elevar las
penalizaciones para las empresas que defraudan, para que "les cueste más
incumplir la norma vigente que pagar la multa".
Desde la CEOE, Santos recuerda que el país salió "de una crisis
profundísima" durante la que el tiempo parcial ha sido la fórmula
utilizada para incorporar o mantener el empleo, aportando flexibilidad
interna para evitar despidos. No obstante, reconoce
la necesidad de hacer una "profunda reforma" del empleo a tiempo
parcial, porque "nadie está contento con su regulación". "El empleo a tiempo parcial no tiene por qué ser precario", señala
Santos y añade que la implantación en el mercado laboral de la
digitalización o la robotización harán cada vez más frecuente tener
varios empleos a tiempo parcial.
Por ello, llama a los sindicatos a abordar en el marco del diálogo social la portabilidad de los derechos de los trabajadores.
Además de la elevada parcialidad, otro de las características del
mercado laboral español es la temporalidad, con más de 4,4 millones de
trabajadores que enlazan sucesivos contratos temporales y que
representan al 26 % de los asalariados.
No obstante,
el número de trabajadores temporales se ha reducido en España desde los
4,5 millones que había hace diez años, cuando representaban al 27,7 % de
los ocupados, en tanto que el de indefinidos ha aumentado en 127.000.
Pese a que el año pasado había menos empleados temporales que hace diez
años, se firmaron 20 millones de contratos eventuales (el 90 % del
total), frente a los 14,7 millones de 2008 (el 88 % del total).
Es decir, que un menor número de trabajadores acumulan un mayor número
de contratos temporales (4,5 por persona) que hace diez años (3,2 por
persona). Y es que, según recuerda Santillana,
"durante la crisis, bajó la tasa de temporalidad, pero en el momento que
comenzó a crecer el empleo, comenzaron a realizarse contrataciones
temporales de nuevo".
Esta elevada temporalidad
"podría atajarse incluso con la actual reforma laboral" si se elevan las
sanciones, explica Barrera, al tiempo que apunta a una extensión de la
precariedad a la contratación indefinida, ya que un elevado porcentaje
de los empleos fijos no alcanza los dos años de duración.
Santos atribuye esta tasa al peso que tienen en el mercado laboral las
actividades estacionales y considera la temporalidad necesaria en el
sector privado para hacer frente a los cambios de demanda evitando
despidos, si bien reclama una simplificación y mejora de los contratos.