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José Manuel López García
Internacional

TÚNEZ

Unas presidenciales plagadas de dudas para examinar su frágil democracia

02-09-2019 12:41:53

EFE | La campaña electoral para las segundas elecciones presidenciales libres arranca hoy en Túnez, una cita plagada de dudas que se perfila como un examen para su joven y frágil democracia. Estas son las ocho claves para entender el desafío al que se enfrenta el único país que parece haber sobrevivido a las ahora marchitadas "primaveras árabes".

.- ¿Cuándo se conocerá el nuevo presidente? 

Las presidenciales estaban previstas para noviembre pero debieron ser adelantadas debido a la muerte por enfermedad el pasado julio del presidente Beji Caïd Essebsi, de 93 años. Tras 13 días de campaña electoral, los tunecinos votarán el 15 de septiembre.

En caso de que ninguno de los candidatos en liza logre mayoría suficiente, se celebrará una segunda vuelta después del 6 de octubre para evitar que coincida con las elecciones legislativas, ya convocadas antes del fallecimiento de Essebsi. 

.- ¿Cuántos candidatos aspiran a ocupar el palacio presidencial de Cartago?

Un total de 96 candidaturas fueron presentadas ante la Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE) de las que solo 26 fueron admitidas. Un total de 24 hombres y dos mujeres que ocupan todo el espectro ideológico del país: desde el islamismo conservador al populismo liberal al estilo Silvio Berlusconi o Donald Trump, el viejo sistema que sobrevivió a la revolución de 2011 y la extrema derecha nostálgica de la dictadura.

Las encuestas, poco fiables en un país con una ley electoral muy restrictiva, estrechan la pelea entre cinco de ellos: Abdel Fatah Morou, cabeza de cartel del partido islamista Ennhada, primera fuerza en el Parlamento; Abdelkarim Zbidi, ministro de Defensa y candidato del sistema tradicional de familias que domina Túnez; Nabil Karoui, un controvertido magnate populista de la televisión encarcelado por un supuesto delito de evasión fiscal y blanqueo; el primer ministro, Yusef Chahed, lastrado por la economía, y la abogada Abir Moussi, líder de quienes echan de menos los tiempos de Zinedin el Abedin Ben Alí. 

.- ¿Por qué plantean dudas y suponen un examen para la joven y frágil democracia de Túnez?

Los comicios se celebran bajo la sombra de dos agudas polémicas: la controvertida reforma de la ley electoral, aprobada tras un agrio debate en el Parlamento un mes antes de que se abriera el plazo para la presentación de candidaturas. Y el encarcelamiento del magnate de la televisión Nabil Karoui, al que algunas encuestas de intención de voto colocan como el preferido de los tunecinos.

Las enmiendas imponían nuevos requisitos a los candidatos, como la prohibición de haber recibido financiación o donaciones del extranjero, de haber promovido obras de caridad o de haber hecho propaganda política durante el año previo a las elecciones, que parecían diseñadas para frenar las aspiraciones de candidatos ajenos al sistema como el propio Karoui.

Y favorecía, además, la reincorporación de los antiguos miembros de la dictadura a la dirección de los colegios electorales, iniciativas duramente criticadas por la sociedad civil y los partidos políticos minoritarios que denunciaron competencia desleal. Las enmiendas no fueron, sin embargo, ratificadas por el presidente Essebsi, que las calificó de "excluyentes".

Las dudas se plantean igualmente por la insólita situación de dos de los candidatos, que deberán hacer campaña desde la cárcel o el extranjero a la espera de que la justicia resuelva sus casos: el propio Karoui, que defiende la apertura del país a la inversión extranjera en contra de los intereses de las familias tradicionales, y Slim Riahi, expresidente del club de fútbol African, huido a Francia y en busca y captura por malversación de capitales. 

.- ¿Cuáles son los factores que pueden decantar el voto e influir en el resultado? 

Más allá de la lucha ideológica, la aguda crisis económica que atraviesa el país y el voto femenino se perfilan como las claves que pueden mover el sentido del voto. De los cerca de siete millones de tunecinos convocados a las urnas, se calcula que más de un millón son mujeres jóvenes que por primera vez tendrán derecho a voto.

El último lustro ha sido testigo de varios progresos en la lucha feminista, como la nueva ley contra la violencia de género y la controvertida propuesta para equipara los derechos de la mujer en la herencia, pero lo cierto es que la igualdad dista mucho de ser una realidad en Túnez pese a ser uno de los países musulmanes más avanzados a este respecto. Expertos apuntan a que Karoui es el candidato que podría atraer mayor porcentaje del nuevo voto femenino.  

La economía es el otro factor que preocupa a los tunecinos. Con un siete por ciento de inflación anual, más de un quince por ciento global de paro (superior en las zonas rurales), un sistema proteccionista y obsoleto, una creciente deuda y una corrupción en índices similares a los tiempos de la dictadura, la revolución económica esta aún pendiente en Túnez y es la principal amenaza para su imberbe democracia.Un talón de aquiles para las aspiraciones del primer ministro, Yusef Chahed, el político que más tiempo ha estado en ese puesto desde la revolución, y un acicate para candidatos como Abir Moussi, que atrae a las clases medias -las más golpeadas por la crisis- y a las clases populares -las que menos han ganado con la revolución- al grito de "con Ben Alí estábamos mejor". 

.- Sensibilización contra la abstención e inéditos debates electorales 


La abstención es uno de los mayores temores pese a que la participación en las presidenciales de 2014, las primeras plenamente democráticas en el país participó más del 60 por ciento del censo tanto en primera como segunda vuelta. Sin embargo, en los comicios municipales de mayo de 2018, este porcentaje cayó a la mitad.Una de las novedades en este sentido es la realización por vez primera en Túnez de un debate al que están convocados todos los candidatos en la televisión pública.





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