EFE | No
silenciar y hablar del suicidio es una de las principales
reivindicaciones de los expertos para hacer frente al suicidio, ya que
cada día diez personas se quitan la vida en España, el 90 % de las
cuales sufría algún tipo de trastorno mental.
El consejero de
Políticas Sociales, Familia, Igualdad y Natalidad de la Comunidad de
Madrid, Alberto Reyero, ha indicado que no hay que ocultar el problema y
se ha referido a los "muchos mitos falsos" que existen en torno a este
tema, como que hablar del suicidio "invita" a otros a suicidarse, lo que
"no es cierto". Lo ha hecho durante la inauguración de una jornada de la
conmemoración mañana del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que
ha tenido lugar en la Asamblea de Madrid, organizada por El Teléfono
contra al Suicidio de la Asociación La Barandilla, en la que
psiquiatras, psicólogos, expertos y afectados han exigido un Plan
Nacional de prevención.
Un plan al que se había
comprometido la exministra de Sanidad Carmen Montón y que su dimisión
impidió que saliera adelante, ya que el actual equipo ministerial, en
coincidencia con las comunidades autónomas, decidió incluir la
prevención del suicido dentro de la nueva estrategia de salud mental. Así
lo ha señalado la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio,
quien en la clausura de la jornada ha precisado que desde hace un año se
está actualizando la estrategia y cuando se integren todos los
elementos en discusión se llevará al Consejo Interterritorial para su
debate y aprobación.
El exdiputado de UPN Íñigo Alli,
quien en 2007 promovió una proposición no de ley sobre prevención del
suicidio en el Congreso de los Diputados, ha subrayado que durante el
tiempo de la jornada 3 o 4 personas van a morir en España por suicidio y
otras 65 lo van a intentar y sin embargo no se contará.Así,
ha criticado que en los manuales de las facultades de periodismo se
diga que del suicidio no se hable cuando en el siglo XXI hablar de ello
"salva vidas".
En la misma línea, Nestor Zserman, jefe
de servicio de Salud Mental Retiro del Hospital Gregorio Marañón de
Madrid, ha incidido en que no se debe silenciar, sino que "debe salir
del armario", notratándolo como un tema romántico sino como un problema de salud mental.
Este
psiquiatra ha lamentado que en este área no se hayan conseguido los
avances que en oncología o cardiología. "En salud mental los pacientes
se nos mueren por suicidio", ha subrayadoSzerman, quien ha pedido el compromiso de la intervención y dedicar todos los esfuerzos "a doblar esa curva".
Otra
de las reivindicaciones que se han puesto sobre la mesa en la jornada
es la puesta en marcha de un teléfono de tres cifras al que puedan
acudir en cualquier momento personas cuyo sufrimiento les puede llevar a
tener una ideación suicida. Y es que "la vacuna
contra el suicidio" es la comunicación como ha puesto de relieve Vanessa
Oulego, presidenta de Ángeles de Azul y Verde, una asociación que
promueve el bienestar psicológico de los miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, integrada por más de 70 policías y
guardias civiles voluntarios en toda España que tienen en común "la
capacidad de empatizar con el dolor ajeno".
"Intentamos
desterrar mitos, acabar con la imagen del súperhombre y la súpermujer
que no se pueden permitir estar de baja o pedir ayuda y con el miedo
terrible a no ascender", ha explicado esta policía, que ha defendido
"normalizar que se pueda estar de bajón". El Padre
Ángel, de Mensajeros de la Paz, ha incidido en la soledad, que "a veces
nos lleva a no querer vivir" y ha instado a todos a ser capaces de
sensibilizar a los políticos de que "este es uno de los problemas más
graves que podemos tener".
No hacer partícipe a nadie
del sufrimiento es algo que se repite en las personas con ideas
suicidas. Le pasó a Alba Ruipérez, quien después de dos intentos de
suicidio -uno en el Instituto y otro en la universidad-, ha reconocido
que "mi terapia ha sido contarlo". Diagnosticada de
anorexia que desencadenó en "una gran depresión, Alba sabe que tiene que
estar "en una alerta continua, pero ahora cuando me siento un poco más
baja ya sé dónde y a quién acudir".
Isabel Torrejón,
una periodista con trastorno obsesivo compulsivo desde los 14 años y que
superó también dos intentos de suicidio, ha considerado que hay que dar
la voz de alarma contándolo a alguien justo en el momento en que se
tiene un pensamiento suicida "porque después se te instaura en la
cabeza" y ya puede ser tarde. Autora de "Mi vida
contigo y junto a ti", un libro en el que narra su experiencia, ha
asegurado que una persona después de haber intentado morir puede ser
feliz y ella es el ejemplo.
Silvia Melero, promotora
del proyecto "Luto en colores" tras perder a su hermana, ha señalado que
"desde el primer momento nombré lo que había pasado y no me avergüenzo
de mi hermana. No hablar de ello no nos ayuda en nada".