EFE | El
Congreso empezará el lunes la que puede ser la última semana de la
legislatura, o no. Dependerá del éxito de unas improbables negociaciones
"in extremis" entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para propiciar la
investidura del candidato socialista, previo encargo del rey el martes
que viene.
Todos los partidos con presencia en el Congreso, menos
ERC y Bildu, transmitirán al Jefe del Estado durante los próximos dos
días cuál sería su voto si Sánchez se presentara a una nueva
investidura. Pero el voto más importante, el que, de ser a favor,
conducirá a un nuevo Gobierno, es ahora mismo el del líder de Podemos,
Pablo Iglesias.
Si este "sí" se produce, lo que se
antoja actualmente muy remoto, la ronda de consultas del rey culminará
en el encargo a Sánchez para que se exponga al definitivo debate de
investidura. Y entonces, al pleno legislativo del
martes y a la sesión de control del miércoles en el Congreso se uniría
un debate que como muy tarde tiene que acabar el 23 de septiembre.
Sin
embargo, todo apunta a que la semana que empezará mañana será la última
de la XIII Legislatura, ya que las relaciones entre Sánchez e Iglesias
están rotas, al menos públicamente.Toda la atención
política se volcará en la ronda de consultas en el Palacio de La
Zarzuela, especialmente el martes, pues es cuando acaba y cuando el rey
debe tomar una decisión.
Justo ese día, el Congreso
muestra una agenda cargada. La presidenta, Meritxell Batet, ha convocado
a la Mesa y a la Junta de Portavoces por la mañana, y habrá pleno
legislativo por la tarde. Unidas Podemos llevará a
debate para su toma en consideración una proposición de ley sobre la
derogación del plazo máximo de instrucción recogido en la vigente Ley de
Enjuiciamiento Criminal, en tanto que el PNV promoverá una reforma del
reglamento que desemboque en un mayor control de los acuerdos
parlamentarios "sin fuerza de ley", es decir los de las proposiciones no
de ley, por ejemplo.
Las proposiciones no de ley son
iniciativas de alcance político y su aprobación no conlleva rango
legislativo, y muchas veces se acuerdan por mayoría y luego caen en el
olvido.Este próximo martes el pleno del Congreso
debatirá dos: del PSOE para paliar los daños de inundaciones y otros
siniestros, un debate que tendrá muy en cuenta los efectos de la
reciente gota fría; y de Unidas Podemos para reconocer la gratuidad del
primer ciclo de educación infantil.
Los diputados
vivirán otros tres debates sobre otras tantas mociones, pero estarán muy
pendientes de los movimientos de Batet, pues es probable que para
entonces tenga que ir al Palacio de La Zarzuela para conocer qué ha
decidido el rey. Su decisión influirá sobremanera en
la sesión de control del miércoles, que se vislumbra de alto voltaje
político debido al contenido de las preguntas.
Si el
rey opta por no hacer encargo alguno, dado que ningún candidato concite
los apoyos suficientes, el Congreso vivirá un pleno de arranque
electoral; si hubiera investidura, la carga política recaerá en los
partidos del centroderecha, PP, Cs y Vox, es decir, en la oposición al
futuro Gobierno de Sánchez, sea éste íntegramente socialista o de
coalición.
El líder del PP, Pablo Casado, preguntará
al presidente en funciones por su opinión sobre "el espectáculo que está
dando" el Ejecutivo (así consta en la pregunta) y el portavoz de ERC,
Gabriel Rufián, buscará confrontar criterios sobre la situación actual
de Cataluña. Servirá este control al Gobierno en
funciones para vivir, parlamentariamente hablando, dos cara a cara que
en el pleno sobre el Open Arms de agosto dejó el ambiente caldeado: por
un lado, la vicepresidenta, Carmen Calvo, y la portavoz del PP, Cayetana
Álvarez de Toledo; y por otro, Calvo y la portavoz de Cs, Inés
Arrimadas.Terminará este pleno y puede que también la
Legislatura. O no. Entre los diputados, por lo que reconocen en público
y en privado, la impresión es que sí.