EFE | Las
empresas europeas advierten de que es muy difícil blindarse ante el
impacto impredecible que tendría la salida del Reino Unido de la Unión
Europea sin un acuerdo de retirada. Las pequeñas y medianas son las peor
pertrechadas para un "brexit" caótico cada vez más plausible.
Si el Reino Unido sale de la UE el 31 de octubre sin acuerdo, el país
pasará, de la noche a la mañana, de estar totalmente integrado en el
mercado único comunitario a ser un Estado tercero sin ningún tipo de
tratado comercial con el bloque europeo. Tras más de treinta años de libre circulación de bienes,
servicios, personas y capitales entre uno y otro lado del Canal de la
Mancha, las importaciones pasarán a estar sujetas a aranceles y cuotas,
se endurecerán los controles aduaneros y se complicarán los trámites
administrativos.
Los exportadores europeos tendrán
que superar los controles sanitarios, de seguridad o medioambientales
que imponga el Reino Unido, al tiempo que se complicarán la circulación
de trabajadores, el transporte o la transferencia de información entre
ambas partes, vitales para hacer negocios. Esta
ruptura abrupta aumentaría el inevitable coste del "brexit" y es el
escenario más temido por las empresas europeas, que siempre han
reclamado un acuerdo de salida con un periodo transitorio hasta fijar la
nueva relación con Reino Unido.
"Para nosotros un
'brexit' sin acuerdo es la peor opción, pero ya desde hace algunos meses
estamos considerando que era muy posible", explica a Efe Luisa Santos,
responsable para "brexit" de la patronal europea Businesseurope, quien
confía en que "aún puedan encontrarse soluciones".
Aunque "las empresas deberían estar más preparadas para este escenario",
ya que ganaron tiempo con el aplazamiento de la salida en marzo y la
situación política ha elevado el riesgo, "esto no significa que no habrá
un impacto negativo", dice.
"No importa cuánto se hayan preparado, siempre hay circunstancias que no se pueden prever", insiste.
De hecho, las organizaciones empresariales no se aventuran a poner
cifras al golpe, cuyas dimensiones son todavía impredecibles y ante el
que es imposible blindarse por completo, según coinciden las
consultadas.
Esto se debe en buena medida a que, más
allá de las empresas que negocian directamente con el Reino Unido, hay
muchas que se verán afectadas porque sus cadenas de abastecimiento,
proveedores o consumidores, dependen de ese país. Y muchas de ellas ni
siquiera lo saben. El impacto dependerá también de la
reacción de los mercados financieros y de cómo avancen la relación
Bruselas-Londres tras un divorcio por las malas.
"La
falta de acuerdo causará perturbaciones en los flujos comerciales a
corto plazo y muchas empresas están haciendo lo que pueden para mitigar
este impacto. Sin embargo, no creo que ninguna compañía pueda confiar en
que está preparada para un no acuerdo a largo plazo", explica Ben
Butters, vicepresidente de EUROCHAMBRES, organización que agrupa a las
cámaras de comercio europeas. En principio los mejor
preparados son los sectores más expuestos al mercado británico -como la
automoción, agricultura, alimentación o productos químicos- y las
grandes compañías, mientras que preocupan sobre todo las pequeñas y
medianas empresas (pymes), que tienen menos recursos y experiencia en
comercio con terceros países.
"La cuestión para las
pymes es que difícilmente tienen los recursos para prepararse para
diferentes escenarios", explica a Efe Gehrard Huemer, responsable para
"brexit" de la organización SMEunited, que reúne a federaciones de pymes
europeas. La mayoría de las pymes impactadas forman
parte de las cadenas de suministro y "algunas ni siquiera saben que
estarán afectadas", explica. El 93 % -añade- tienen entre tres y cinco
empleados y no pueden prepararse para una salida sin acuerdo.
"No están haciendo mucha planificación. Seguirán haciendo negocios
tanto como sea posible y reaccionarán cuando algo ocurra", afirma
Huemer, que se dice "sorprendido" por el bajo número de pymes que
muestran nerviosismo o buscan asesoría. Las empresas
que sí solicitan ayuda a las cámaras de comercio preguntan sobre todo
qué pasará con los procesos aduaneros, el transporte aéreo y marítimo,
la autorización de productos, los procedimientos del IVA y las normas de
empleo o propiedad intelectual, según explican desde EUROCHAMBRES.
La recomendación es que evalúen el impacto lo mejor posible, y sigan
preparándose. "Algunas pueden ser reacias a atravesar este proceso otra
vez después de que una salida sin acuerdo se evitase en el último
momento en marzo, pero con la situación política en Reino Unido más
turbulenta cada día no podemos asumir que este será el caso otra vez",
dice Butters. Aunque no hay cifras exactas, es seguro
que un "brexit" sin acuerdo elevará de forma importante el coste de
comerciar con Reino Unido, lo que podría obligar a ciertas empresas a
salir del mercado británico y, en el peor de los casos, a cerrar.
Llegado este punto, las pymes confían en que los Gobiernos apoyen las
posibles reestructuraciones empresariales y den ayudas si hay despidos,
según SMEunited. Desde Businesseurope, sin embargo,
piden que si hay un "brexit" duro las instituciones adopten un "enfoque
comprensivo", de modo que las que se prepararon no acaben estando en
peor situación que las que no lo hicieron.
También
que "no persigan a las empresas por no cumplir con todo, porque es
difícil cuando en algunos casos no se sabe con qué habrá que cumplir",
afirma Santos. El deseo compartido por todas, en cualquier caso, es evitar un "brexit" por las bravas.