EFE | El
rey ha afirmado hoy que la pandemia ha abocado al país a una
"encrucijada", como otras que vivió en el pasado, que requieren actuar
desde "una unidad profunda en los valores compartidos" y con
"solidaridad" entre las personas y territorios de España. Felipe VI, junto a la reina Letizia, ha presidido la tradicional ofrenda
al apóstol Santiago en la iglesia de San Martiño Pinario, en su visita a
la capital gallega dentro de su gira por las comunidades autónomas para
expresar su apoyo ante el escenario de incertidumbre que ha dejado la
crisis sanitaria.
"La gesta jacobea nos enseña que son las ideas de fraternidad y
unidad las que mejor germinan en el espíritu de los pueblos, moviéndolos
hacia grandes logros", ha sostenido el jefe del Estado. Ese logro, ha proseguido, consiste hoy en día en ser capaces de
"aminorar el impacto de la crisis, sin merma de la solidaridad entre
personas y territorios que los españoles consagran en la Constitución". "Debemos afrontar las consecuencias sociales y económicas de la
pandemia, que requieren una unidad profunda en torno a nuestros valores
compartidos y un compromiso firme con la búsqueda del bien común", ha
completado el monarca, tras recordar que ya en el pasado España se
enfrentó a "encrucijadas".
El mensaje de don Felipe tiene lugar en un contexto marcado por
el acuerdo que la Unión Europea (UE) sobre el fondo de reconstrucción
alcanzado la semana pasada por el que España va a recibir 140.000
millones de euros, la mitad en ayudas directas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convocado a los
presidentes autonómicos el próximo día 31 en San Millán de la Cogolla
(La Rioja) para concretar el reparto del llamado fondo Covid de 16.000
millones entre las comunidades.
A juicio de don Felipe, la última prueba de solidaridad se dio
durante el estado de alarma, cuando España "actuó al unísono", y los
ciudadanos, "geográficamente distantes, se sintieron unidos en una causa
común, en una lucha compartida".
Como ya recalcara en el homenaje a las víctimas de la covid-19
el pasado día 16 en el Palacio Real, el rey ha considerado fundamental
actuar de manera "incesante" con espíritu de "concordia y entendimiento"
para reafirmar "el sentido más profundo de comunidad".
Ante los rebrotes que se extienden por el país, don Felipe ha apremiado a mantenerse "diligentes y prudentes".
Ha reconocido que los dilemas que ha generado la pandemia son
"enormes y no solo afectan a la salud o la economía, sino también a la
confianza de las personas en el futuro".
Ante este escenario de incertidumbre, Felipe VI ha subrayado que
"nada mejor que evocar al Apóstol", dado que su memoria consiguió que
"una tierra considerada el fin del mundo se convirtiera en el principio
de la unidad de España y de Europa".
"Le pedimos al Santo Patrón de España que siga siempre a nuestro
lado inspirándonos y protegiéndonos", ha rogado el monarca en su
invocación jacobea.
En esta causa colectiva, ha remarcado que "la vocación y el
deber de la Corona es ser punto de encuentro que permita recorrer unidos
y en libertad el camino" de la historia.
Para don Felipe, España no está sola en la lucha contra la
crisis, sino que cuenta con la UE, que "cubre hoy una etapa
trascendental en la que no cabe la fragmentación".
El reto europeo, ha añadido, consiste en salvaguardar los
valores democráticos y consolidar el proyecto compartido con medidas
solidarias que permitan avanzar con mayor seguridad y solidez.
Es la segunda vez que los reyes presiden la veneración al
Apóstol el Día de Galicia, después de que lo hicieran en 2014 pocas
semanas después de la llegada al trono de Felipe VI.
Con la mirada puesta en la celebración del Xacobeo el próximo
año, don Felipe se ha felicitado de cumplir con una tradición como la
ofrenda que "resuena en el corazón de Galicia, que es a su vez corazón
de España y de Europa".
"El arraigo de tradiciones como ésta se debe a que han sido
forjadas por los pueblos. Son necesarias porque suponen un anclaje en el
transcurrir del tiempo, ofrecen perspectiva a nuestros problemas,
elevan el espíritu y fortalecen la unidad", ha reflexionado.
Además de recordar a las miles de víctimas de la covid-19, "cuyo
recuerdo debe acompañarnos siempre", ha reconocido "el impagable
sacrificio" de miles de ciudadanos de diferentes colectivos que
"combinaron la entrega sin límites con una profesionalidad
extraordinaria".
Los reyes han estado acompañados por el presidente de la Xunta
en funciones, Núñez Feijóo; el del Tribunal
Constitucional, Juan José González Rivas; y la vicepresidenta tercera y
ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, entre otras autoridades,
todos ellos protegidos con mascarilla.
Tras la misa y la ofrenda al Apóstol, la visita se va a
completar en el Pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento, donde los reyes
van a firmar en el Libro de Oro.