EFE | La Organización Mundial de la Salud (OMS) subrayó hoy la importancia
de invertir en un sistema de salud público "robusto" para afrontar
pandemias como la del coronavirus, que "pasará, pero no será la última". En un discurso con motivo de la 70 sesión del comité regional de la OMS
para Europa, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus,
subrayó que una de las "lecciones más dolorosas" de esta pandemia es
que, al igual que los países invierten en su infraestructura militar,
deben hacerlo en la sanidad pública, para poder prevenir y responder con
rapidez a posibles brotes.
También el director regional para Europa de la OMS, Hans Kluge,
coincidió en afirmar en esta conferencia virtual que una de las
principales enseñanzas de la crisis sanitaria es que "un sistema
nacional de salud fuerte" se traduce en una "seguridad sanitaria
nacional fuerte". "Ninguna pandemia se ha ganado sólo en el hospital", dijo, y subrayó la
necesidad de quitar la presión que recae sobre médicos y enfermeros para
protegerlos del desgaste de cara al invierno en el hemisferio norte.
Según Kluge, los "héroes", sin duda, han sido los trabajadores de la
sanidad y de los servicios sociales, "que han arriesgado sus vidas para
proteger a la sociedad", pero también "los trabajadores en primera
línea", como los profesores, "para que la sociedad siga funcionando".
Una segunda lección de la pandemia, agregó, es que "la solidaridad es
clave", ya que "nadie está seguro si no están seguros todos". La tercera y mas importante quizás, es "la relación recíproca entre
salud y economía, esencial para movernos hacia una economía del
bienestar", aseguró.
Necesidad de controlar la pandemia sin esperar a la vacuna
Adhanom, por su parte, advirtió de la necesidad de controlar la pandemia
del coronavirus para no perder más vidas y evitar nuevos
confinamientos, al tiempo que apeló a utilizar las herramientas
disponibles hasta que llegue la vacuna. Señaló que la cifra de contagios diarios en esta región es más elevada
que durante el primer pico de marzo, aunque el número de muertos se
mantiene a un nivel bajo.
Pero "si no mantenemos los contagios bajo control, más gente perderá la
vida" y existe el "riesgo real" de tener que reintroducir más medidas
restrictivas, agregó. El director general de la OMS instó a los países a hacer uso de las
herramientas existentes para poder reabrir sus sociedades, economías y
fronteras de forma segura. También se refirió al hecho de "prevenir eventos amplificadores", es
decir, reuniones de grandes dimensiones, por ejemplo en estadios o
locales de ocio, así como a "proteger a los vulnerables" para salvar
vidas y "reducir la carga" de los sistemas de salud.
Llamó asimismo a "educar y empoderar" a las comunidades para que se
protejan a sí mismas y a los demás respetando las normas de
distanciamiento e higiene y llevando mascarilla, así como en mantener
medidas básicas como el aislamiento, el testeo y el rastreo de personas
de contacto.
Una vez exista una vacuna cuya seguridad y eficacia esté probada,
deberá ser accesible a todos los países, aunque limitada al inicio: será
prioritario dispensarla a trabajadores esenciales y personas de grupos
de riesgo, agregó.
En un "mundo interconectado", si las personas de países con ingresos
bajos o medios se ven excluidas de la vacunación, "el virus continuará
matando y la recuperación económica a nivel global se retrasará",
advirtió. Kluge, por su parte, señaló que el trabajo de la OMS en Europa se ha
guiado por tres aspectos: ofrecer a cada uno los 53 países de la región
la ayuda específica solicitada, aglutinar energías y aprender las
lecciones de la pandemia, "no para el futuro, sino para el presente".
Se refirió asimismo a los tres pilares fundamentales para el futuro de
la organización en Europa como son el contacto directo con cada uno de
sus 53 miembros, fortalecer la colaboración con otras organizaciones
activas en la región, "crucial para luchar contra el resto de epidemias
existentes", y la reestructuración de la oficina.