La alcaldesa en funciones del Concello de Pontevedra, Teresa Casal, abandonó el acto de jura de bandera y de entrega de los reales despachos en la Escuela Naval de Marín antes incluso de que comenzara, al sentirse molesta por la ubicación que el servicio de protocolo le había asignado en el palco de autoridades.
Teresa Casal, que junto con otros concejales del ayuntamiento de Marín, habían sido colocados en las últimas filas del lugar reservado para autoridades, optó por marcharse del acto al notar que "se me ubicó en el gallinero, colocando por delante a funcionarios, policías y fiscales", una situación que consideró como "un desprecio" a la capital de la provincia.
Tras insistir en que "no se trata de una afrenta a la Casa Real", la alcaldesa en funciones recordó que "la persona de Teresa Casal no tiene importancia alguna, pero cuando representa a una institución como es el municipio de Pontevedra, entonces se debe respetar su figura, porque representa a un Ayuntamiento que sí es importante, ya que, además, es la capital de la provincia y no puede ser tratada con este desprecio".
Teresa Casal indicó que como alcaldesa de Pontevedra "debería haber estado al menos al lado del presidente de la Diputación" e insistió en que a la institución que representa "hay que darle la dignidad que se merece y si acepto estar en un lugar que no nos corresponde, se estaría despreciando a Pontevedra".
Fuentes oficiales apuntaron que el protocolo del acto estaba supervisado por la Casa Real y que ésta no acepta como representación oficial a las delegaciones de funciones, como es el caso de Teresa Casal, que ocupa el sillón de alcaldesa por enfermedad de su titular, Miguel Fernández Lores.