El Confidencial
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El Arzobispo de Santiago pide la intercesión del Apóstol para que la paz "se haga realidad" en España y reivindica el papel de la familia

Julián Barrio centró su homilía en la necesidad de reafirmar la fe y los valores de la Iglesia para "hacer creíble a Dios"

26-07-2006

El Arzobispo de Santiago, Julián Barrio, solicitó la intercesión del Apóstol para lograr que "se haga realidad" la llegada de la paz en toda España, al tiempo que centró su homilía en la necesidad de reafirmar la labor evangelizadora de la Iglesia a través "de fieles laicos que hagan creíble a Dios en nuestra sociedad". En respuesta a la Ofrenda al Apóstol realizada este año por Emilio Pérez Touriño, el Arzobispo compostelano aseguró que "los cambios amplios y profundos de la sociedad" requieren "manifestar una identidad clara y firme en medio de modelos de confusión". Por ello, insistió en el papel de la familia como "primera escuela de los valores sociales", tal como recordó el Papa Benedicto XVI durante su reciente visita a Valencia. La máxima autoridad eclesiástica de Galicia advirtió de los perjuicios de "una soberanía absoluta de la razón y la libertad humana" en el ámbito de las normas morales. Haciendo referencia a una cita bíblica, Julián Barrio aseguró que "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres". Asimismo, pidió al Apóstol su ayuda para que los gobernantes "fortalezcan los derechos fundamentales de la persona y respondan a los imperativos del bien común". A juicio del Arzobispo, los dirigentes políticos son "cercanos conocedores de las auténticas necesidades de las personas", afirmó. A lo largo de la ceremonia religiosa, Barrio estuvo acompañado de los obispos de Vigo-Tui, José Diéguez; de Lugo, José Gómez; de Ourense, Luis Quinteiro, y de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez. De esta forma, Julián Barrio presidió por duodécima vez consecutiva la Ofrenda al Apóstol, después de sustituir en 1994 a Antonio María Rouco Varela al frente de la Archidiócesis compostelana. Durante el transcurso de la ceremonia desarrollada en la catedral compostelana, el calor y la aglomeración de público provocó que un hombre de unos setenta años, situado en las primeras filas del público, se desmayase justo antes de que Pérez Touriño finalizase la lectura de la Ofrenda. El incidente requirió la presencia de efectivos de la Cruz Roja, que se llevaron en camilla al hombre entre los aplausos de parte del público. Además, parte de la homilía leída por Julián Barrio -en la que alternó el castellano y el gallego, al igual que Pérez Touriño- estuvo acompañada de los gritos procedentes del exterior, puesto que en ese momento se manifestaron representantes del personal del Servicio contra incendios de la Xunta.





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