El presidente de la Xunta fue uno de los perjudicados por la encerrona meteorológica que propicio el alcalde Bugallo. Don Alberto tuvo que bajar andando desde su residencia en Monte Pío hasta la sede de la Xunta en San Caetano. Santiago se convirtió ayer en el Guantánamo particular de miles de ciudadanos que se vieron atrapados por la nevada y la incompetencia de la autoridad municipal.