El director de Protección Civil admite que el 112 es insuficiente ante grandes emergencias como los incendios

El director xeral de Protección Civil, Antonio Espinosa, reconoció que el servicio de llamadas 112 "no está pensado para las grandes emergencias" como los incendios forestales. Así, dijo que "funciona como un reloj" en los casos ordinarios, pero reconoció que presenta "problemas importantes" ante las grandes catástrofes, por lo que apostó la creación de un nuevo centro de atención de llamadas. Durante su intervención en la Comisión de estudio de los incendios, Espinosa vinculó los incendios de este verano en Galicia con el cambio climático, aparte de otros factores, y aseguró que tienen una "dimensión transnacional" que requiere reforzar los mecanismos europeos de respuesta ante este tipo de catástrofes. Con respecto al funcionamiento del 112, explicó que el tiempo de respuesta a las llamadas de en este número telefónico de emergencias durante la oledada de incendios se duplicó. Primero, para atender a la propia llamada, pasando de la media de 22 a 42 segundos, y después para la gestión de los recursos, que habitualmente se movilizan en 30 segundos y pasó a 65. Espinosa justificó este incremento en el hecho de que "la gestión era más lenta" ya que era necesario comprobar "a tres bandas, por lo menos" que realmente había incendio, primero hablando con el alcalde, y después confirmando con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y con los miembros de Protección Civil. En todo caso, anunció que está encargada la sustitución de la actual centralita por una "inteligente" que purgue las llamadas descartando las que se repiten. También dijo que es "urgente" contar con un "sistema de comunicación de emergencias moderno", pasando del analógico al digital, para los distintos cuerpos que operan ante las catástrofes. Aparte de solicitar los necesarios cambios técnicos, el director xeral de Protección Civil valoró el trabajo realizado por las personas ante la oleada de incendios. Así dijo, sobre la labor de los bomberos comarcales y de las grandes ciudades, que "nunca tantos fixeron tanto por un país" y también afirmó que "todos os alcaldes de los concellos que tuvieron fuego estuvieron allí". Constató que los dirigentes municipales estuvieron "pendientes de lo que tenían que hacer" porque sino las llamas hubiesen llegado a las calles de sus municipios "y a sus propias casas". Nuevas pautas Espinosa ofreció datos del Instituto Nacional de Meteorología para constatar que los incendios producidos en Galicia entre el 4 y el 14 de agosto estuvieron "fuera de las zonas previsibles", que se situaban en el sur de Pontevedra y Ourense. Pese a que era en estos lugares donde se concentraba el riesgo de incendio y los factores de combustión más elevados los fuegos se produjeron "en la franja norte", y se articularon "en torno a las vías de comunicación de Galicia, de norte a sur". Por eso, y por las cercanías a los núcleos de población constató que "no respondieron a las pautas de otros años". También afirmó que fue "a primeira vez na historia" en la que la Administración autonómica estuvo al frente del dispositivo, lo que no ocurrió ante ninguna otra catástrofe en Galicia. Por eso, dijo que se "se ha dado un paso de gigante" en este sentido, en base a la gestión realizada por el Gobierno gallego. Espinosa recordó que desde el año 1968 se quemaron en la comunidad gallega un total de 200.000 hectáreas, lo que supone las dos terceras partes del territorio gallego, y advirtió que si no se ataja este problema "llevará a una Galicia distinta", por lo que constató que se trata de una cuestión que "trascende" los régimenes políticos.