Noboa y Correa se disputarán la presidencia de Ecuador en segunda vuelta

Con posturas marcadamente antagónicas, el magnate bananero y auto considerado liberal Alvaro Noboa y el izquierdista y nacionalista Rafael Correa se disputarán la Presidencia de Ecuador en una segunda vuelta el próximo 26 de noviembre, según datos del recuento rápido no oficial. Escrutado más del 65 por ciento de los votos, la ventaja de Noboa sobre Correa era de poco más de cuatro puntos en los comicios presidenciales celebrados el domingo. El candidato conservador sumaba un 26,7%, mientras el izquierdista alcanzaba el 22,4%. Los votos a favor de Correa, del movimiento Alianza País, y de Noboa, del Partido Renovador Institucional Acción Nacional, dejaron en el camino a otros favoritos como León Roldós, de la alianza Red Etica Democracia e Izquierda Democrática, así como a la única mujer candidata, Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano. Aunque no llegó a la segunda vuelta, Gilmar Gutiérrez, hermano del destituido presidente Lucio Gutiérrez, fue la auténtica sorpresa de la jornada, pues, cuando nadie daba nada por él, se colocó en cuarta posición, por delante de Viteri y casi empatado con Roldós. A tenor de los primeros resultados extraoficiales de las elecciones, Ecuador deberá elegir entre quien se opone al Tratado de Libre Comercio con EEUU y critica a los organismos internacionales de crédito y al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, como es Correa, y un candidato completamente opuesto. Noboa no sólo que es contrario a casi todo lo que dice Correa, en especial en las relaciones internacionales, sino que ha sido tajante en asegurar que no tendrá relaciones ni con Cuba ni con Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, es amigo personal de Correa. Correa, que se define como un hombre "de izquierda, pero no de una izquierda marxista, sino una izquierda cristiana", es tildado por Noboa de "comunista", mientras éste dice de sí mismo que es "liberal" y un "enviado de Dios". Ambos coinciden en que mantendrán la "dolarización", un esquema económico por el cual Ecuador perdió su moneda en 2000 para adoptar el dólar estadounidense. La diferencia en este tema radica en que Correa considera que la "dolarización" fue un gran error para el país y Noboa, uno de los más importantes empresarios de Ecuador, se siente cómodo con ese esquema: "Creo firmemente en la dolarización", suele decir. En cuanto a los capitales, Correa puntualiza que es "bienvenida" la inversión directa y rechaza los llamados "capitales golondrina", mientras que Noboa apoya tácitamente la inversión al anotar que él es "el mayor inversionista del país". Correa rechaza totalmente el TLC que, según dice, abarca más aspectos en las relaciones entre dos países que los comerciales, mientras que Noboa está "totalmente a favor del TLC", excepto en el área agrícola, por lo que asegura que lo firmará "pidiendo prórroga en el área comercial". En cuanto a la gobernabilidad, Correa ha sido tajante al afirmar que si el presidente de la República no cumple con sus promesas electorales debe dejar el cargo. "Si el presidente traiciona el mandato del pueblo, no debe quedarse", asegura. Noboa, un empresario que hace diez años ingresó en la política como candidato presidencial apoyado por el Partido Roldosista Ecuatoriano, ha llegado a la segunda vuelta en dos oportunidades, que ha perdido en la recta final con Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. Correa, en cambio, es nuevo en la lid electoral, lo que, en un país cansado de los políticos como es Ecuador, le ha dado una enorme ventaja dada la frescura que emana su candidatura sin desgaste político. Según el director de la consultora Cedatos, Polibio Córdova, prevé que la campaña de la segunda vuelta será "muy controvertida" en la que "competirán dos corrientes muy diferentes: una de cambio drástico del Estado con diferente política internacional (Correa) y una de tinte más de corte populista (Noboa)". "Los candidatos deben ahora, más que nunca, desarrollar una campaña convincente, ojalá en la que no sólo prevalezca la cuestión coyuntural, sino que sea una discusión mucho más profunda de todo lo que tiene que ver la reforma del Estado y la reforma política", añadió.