La gente está indignada con la banca y sus directivos, especialmente con los que llevaron a la ruina a sus entidades, como José Luís Méndez, al que abroncaron en un restaurante de Betanzos. Méndez hizo favores con el dinero de los impositores. Astroc es un ejemplo. Hoy su hijo trabaja para Bañuelos en Brasil. Por el camino se han perdido miles de millones.