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Agustín Hernández: "Estoy satisfecho por haber normalizado Santiago"

14-05-2015 20:40:55

Antonio Lodeiro / Radio Líder. Agustín Hernández, exconselleiro de Infraestructuras, Medio Ambiente y Territorio, persona cercana al presidente de la Xunta, se presenta como candidato a la reelección por el Partido Popular a la Alcaldía de Santiago de Compostela, después de los acontecimientos que tanto llamaron la atención a lo largo de la legislatura que ahora termina.   

Pregunta.- Llega a la Alcaldía en una situación convulsa. Lleva cierto tiempo y ¿se ha normalizado el concello de Santiago, política y administrativamente?   

Respuesta.- No debo de ser yo el único que opine al respecto. Objetivamente, es el sentimiento generalizado de la ciudad. Hay un hecho concreto: en su momento hubo un momento de tensión al abandonar el BNG el Pleno, había una manifestación en  la Plaza del Obradoiro. Cuando tomó posesión la última concejala no electa, Marta Cancelo, incluso el representante del BNG tuvo unas palabras cariñosas hacia ella. La vía administrativa se ha normalizado y la ciudad ya no vive la tensión anterior. Me siento satisfecho por ello y creo que ha valido la pena.   

P.- Hasta ahora ha trabajado en estabilizar y ahora se presenta a las elecciones dentro de la normalización. ¿Cuál es su ofrecimiento a la capital de Galicia?   

R.- Le ofrezco el conocimiento que he adquirido de la ciudad, junto con mi equipo. Ese trato con los vecinos, ese diálogo constante, lo hemos trasladado a un proyecto de futuro, ilusionante, a un programa de 350 medidas que están definidas. Un proyecto para una Compostela más solidaria, más emprendedora, con más progreso. Que tenga más futuro para los vecinos, una ciudad donde se complete su entramado diario, que tenga mejores servicios y que se resuelvan los problemas históricos que nunca se resolvieron en la ciudad. La gestión municipal nunca ha sido el objetivo de las últimas corporaciones. Se puede comprobar con cuestiones tan claras y sorprendentes como que los funcionarios estén repartidos en dieciséis ubicaciones diferentes. El secretario tiene que salir del edificio del ayuntamiento para despachar con el alcalde. Esta ciudad ha vivido con una inercia desde un gran alcalde que la dirigió, Xerardo Estévez.   

P.- ¿Es posible que algunos antecesores suyos se hayan perdido más en la representatividad del cargo que en la propia gestión?   

R.- Efectivamente, ese es el diagnóstico que yo hago. Santiago tiene un doble aspecto: el de recibir a la canciller alemana, a Su Majestad el Rey, al presidente del Gobierno, a los ministros, a gente con mucha notoriedad. Eso hace que puedas olvidar que tienes que resolver los problemas de 95.000 habitantes. Tienes que arreglar el pavimento, el problema de las parroquias, qué problemas hay en el rural como las conexiones con Internet. En anteriores responsabilidades tuve ocasión de viajar por Galicia; ahora, nuestro rural no es el de antes. Los alrededores de Santiago son parecidos a las zonas rurales de Galicia, donde hay necesidades ligadas a la agricultura y ganadería, explotaciones agrarias, problemas de desbroce, de transporte público. Nosotros tenemos un compromiso muy serio con la reforma radical del transporte público en nuestro ayuntamiento, que se lleva haciendo lo mismo durante muchos años. Es evidente que Santiago ha cambiado y nosotros ofrecemos nuestra experiencia y vocación de servicio para resolver estos problemas que, sinceramente, nadie abordó.   

P.- Esa singularidad necesita de alguna medida especial, al ser capital de nuestro territorio. ¿Qué medidas tiene previstas?   

R.- Por parte del Ayuntamiento, capacidad de entendimiento sobre todo y diálogo constante, una mente abierta. Es muy fácil hablar de integrar, de resolver los problemas, pero no es tan fácil hacerlo. Hay que tener capacidad de entendimiento con las administraciones, que son vitales para nuestra ciudad. Primero, con la Xunta de Galicia, para ir incrementando las aportaciones económicas a la capitalidad. Y para las aportaciones de la Xunta al Consorcio, para distintas actuaciones y rehabilitaciones. Y también con la Administración Central, que es una pieza clave en relación con las infraestructuras que ya están en marcha. Está el Ministerio de Fomento ejecutando la ampliación de la AP-9. Pero entre todos necesitamos que se concreten los accesos a los polígonos industriales. Seguir colaborando para concretar la aportación a la catedral, que es el edificio más importante de Santiago de Compostela. El Gobierno central ha comprometido 17 millones de euros. Eso es colaboración inteligente, como la de haber rematado la Plaza de Abastos. Santiago vivió una primera revolución y una época de esplendor al recibir la capitalidad; ahora nos toca la segunda revolución de las personas, de los compostelanos, que estén felices de vivir en la mejor ciudad de Galicia, que dé oportunidades, que siga en la senda de la disminución del paro y en la que también tengamos un aspecto solidario.   

P.- Alguna vez le he oído hablar del área metropolitana, del “Gran Santiago”. ¿Qué nos puede decir de eso?       

R.- Consideramos que el “Gran Santiago” es una realidad. El área de influencia de Santiago es una realidad en el ámbito sanitario, que beneficia a la zona norte de Pontevedra, de la zona sur de Coruña y que llega, incluso, hasta el hospital del Barbanza. Funciona el área metropolitana a efectos del transporte, que permite que haya muchos vecinos que trabajan en Santiago y viven en los concellos limítrofes, que pueden venir con mucha facilidad y con transbordos gratuitos, a nuestra ciudad. Ahí es donde debemos trabajar en el futuro para que, por ejemplo, se vayan incorporando más ayuntamientos al área metropolitana, para conseguir coordinar los servicios con el objetivo de prestarlos de forma más barata y eficiente.   

P.- ¿Qué sería el “Gran Santiago”, qué territorios abarcaría?   

R.- Abarcaría las comarcas del norte de Pontevedra y toda la zona próxima a Santiago, llegando hasta Padrón, el Barbanza, la zona de Lousame. La zona del norte, llegando hasta Oroso e incluso hasta Arzúa y por qué no Melide, porque la autovía de cara a Lugo ya está siendo una realidad.   

P.- En todas las encuestas hay dos variables permanentes: la situación económica y el paro y la corrupción. ¿Qué puede hacer su ayuntamiento en una cuestión como el paro?   

R.- Foros de intermediación, donde hubo 63 ofertas de empresas que ofertaron 200 puestos de trabajo. Pasaron 3.000 personas. Obradoiros de empleo, como los que hemos llevado a cabo para poner en valor una escuela unitaria y crear una senda verde en un lugar maravilloso de nuestro ayuntamiento. Y colaborar activamente con el tejido empresarial. Estamos relativamente satisfechos, aunque en cuestiones como el paro nunca se puede estar satisfecho porque es la principal política social. Una persona que trabaja no requiere la atención de los servicios sociales.   

P.- ¿Qué índice de paro tiene Santiago?   

R.- Un 17 %, estamos por debajo de la media gallega y también de la nacional. En relación con las ciudades gallegas, en situación de gran privilegio, muy por debajo de ciudades como Vigo. Lógicamente, Santiago es influida por las cifras turísticas, pero también tiene un sector empresarial importante, ligado a los servicios pero también a las tecnologías de la información y comunicación.   

P.- Hablaba el otro día Carlos Negreira de crear empresas de tecnología punta entre Santiago y Coruña…   

R.- A partir del número importantísimo de empresas que tenemos, y en colaboración con la Universidad y con el campo de la salud, esa colaboración inteligente puede concretarse en el curso de esta actividad, que está generando mucho empleo y mucha riqueza allí donde se está impulsando.   

P.- ¿Qué relación tiene que haber entre concello y Universidad?   

R.- Santiago y la Universidad son lo mismo. Quiero que exista, como ahora mismo, un entendimiento y una colaboración constante entre ambas. Santiago, sin la Universidad, no es nada y la Universidad, sin Santiago, tampoco. Hay que colaborar con un impulso conjunto como, por ejemplo, para poner en marcha la nueva Facultad de Medicina, en el entorno del Hospital Clínico. O para colaborar con el rector y el equipo de dirección de la Universidad en esa negociación sobre los fondos del nuevo marco de financiación universitaria en el sistema unitario gallego, para que recoja las peculiaridades de nuestra Universidad. También, a través de convenios con la Universidad, el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio, poder trabajar en la posible ubicación de viveros de empresa o de iniciativas empresariales que, no solamente permitan estar en los sectores más punteros, sino que también posibiliten la creación de empleo y riqueza en cuestiones como la que hablábamos de nuevas tecnologías, en las que Santiago tiene mucho que decir.   

P.- El turismo sigue siendo la columna vertebral de la actividad económica de la ciudad. ¿Alguna medida especial?   

R.- Seguir colaborando con todas las administraciones, seguir promocionando nuestra ciudad, que requiere una promoción continua e inteligente en los nuevos mercados: Canadá, Estados Unidos, los mercados del lejano Oriente. Seguir incrementando las conexiones internacionales de nuestro aeropuerto, dar servicios de calidad, trabajar coordinadamente con el sector de la hostelería. Yo creo que eso es imprescindible. La ciudad, a veces, ha funcionado al margen del sector hostelero y ha de ser permanentemente permeable a sus demandas. Hacer iniciativas como la de finales de este año, una feria relacionada con todos los productos turísticos del Camino de Santiago, que posteriormente podría ser itinerante, pero que tenga como referencia el Camino. Tenemos que trabajar para aumentar las pernoctaciones y poner en valor nuestra zona de influencia.   

P.- La reciente visita del alcalde de Oporto puso de manifiesto otra vez la discordancia entre los tres aeropuertos gallegos, incluso haciendo ver que el “Sá Carneiro” podría ser la tumba de ellos. ¿Qué es lo que hay que hacer con esta situación, al margen de que cada alcalde tire para su ciudad?   

R.- Cooperación inteligente. Es normal que cada uno mire por su ciudad pero hay que coordinarse, no queda otra, y aprovechar lo que se tiene. Nuestra obligación es que su rentabilidad y su uso sea el mayor posible.   
P.- Si lo miramos bien, Galicia no es más que una gran ciudad de dos millones y pico de habitantes…   

R.- Cuando yo empecé mi recorrido profesional era impensable tener una reunión y comer en Vigo y tener después otra reunión por la tarde en Coruña y volver a Santiago. Eso se puede hacer hoy sin problemas, afortunadamente. Hay hasta personas que trabajan en Santiago y viven en La Coruña, y viceversa. Esa es una realidad que está cambiando Galicia. La conectividad de nuestro territorio, con el cambio generacional, acabará con los localismos casposos.   

P.- Las encuestas nos dicen que podemos entrar en una fase política de negociaciones. ¿Es consciente de ello?   

R.- Sí. Nosotros peleamos y luchamos, políticamente hablando, para tener más votos que nuestros adversarios y gobernar. Pero tenemos un programa para servir a nuestros vecinos y, a partir de ese planteamiento, hablaremos con todo el mundo, entendiendo que la lista más votada debe llevar la iniciativa para dirigir la ciudad. El único condicionante es nuestro programa y el beneficio general.   

P.- Aunque quizá sea un debate que haya que dejarlo para más adelante, ¿usted sería partidario de una segunda vuelta en la que se midieran los dos candidatos más votados?   

R.- Habría que hacer una reflexión al respecto sobre cómo se gestiona el día después de las elecciones. Los pactos pueden enriquecer la política y funcionar las coaliciones. Pero pueden darse circunstancias, como ha ocurrido en algunos ayuntamientos de Galicia que grupos minoritarios puedan acceder a cuotas de poder que de ninguna manera representan el mandato electoral. Cualquier herramienta –segunda vuelta o mayoría de la lista más votada- habría que concretarla con amplio consenso que responda al sentir general de la ciudadanía. En Grecia, por seguir el último ejemplo, una mayoría cualificada ha significado que determinada fuerza política tenga una representación que le permite llevar a efecto un programa que no está suponiendo mucho para el país pero permite llevar a cabo la gestión. En fin, esto se debería abordar con prudencia, seriedad y con vocación de recoger la sensibilidad general de la ciudadanía.   

P.- La fusión de municipios en Galicia, que es necesaria, da la sensación de que si no la hacemos a punta de bayoneta….   

R.- En las directrices de Ordenación del Territorio se habla de áreas urbanas, de nudos de población, de cómo se debería de organizar el territorio para que fuese mejor para los ciudadanos. Es difícil concretar acuerdos de fusión desde abajo hacia arriba y, por lo tanto, aunque parezca una imposición, un acuerdo político de envergadura, con altura de miras y visión de futuro y una acción clara del Gobierno de España haría un mapa administrativo y municipal muchísimo más sostenible.  





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