EFE | La
economía española, que va a volver a caer en el cuarto trimestre por
las nuevas restricciones por la covid, sufrirá en 2020 la mayor recesión
de todos los países de la OCDE, con un hundimiento del 11,6 % de su
producto interior bruto (PIB) que no se podrá recuperar en los dos años
siguientes.
En su informe semestral de perspectivas publicado este martes, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se
muestra algo más pesimista que el Gobierno, que espera un retroceso del
11,2 % este año. Pero, sobre todo, es menos optimista para 2021, cuando anticipa
una subida del 5 % (en lugar del 7,2 % anticipado por el Ejecutivo) y
estima que en 2022 la progresión será del 4 %.
La organización, que en su anterior estudio de junio había
contemplado dos escenarios para este año en España, uno con un descenso
del PIB del 11,4 % y un segundo con un bajón del 14,4 % en caso de que
se produjera una segunda ola epidémica, constata ahora los fuertes
rebrotes que se han producido en otoño, que han obligado a nuevas
restricciones.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea han
dibujado un panorama todavía más negro este año, con una recesión que
llegaría al 12,8 y al 12,4 %, respectivamente.
Entre los países miembros de la OCDE los descensos más
pronunciados en 2020 junto al de España serán los del Reino Unido (-11,2
%), Grecia (-10,1 %), Francia (-9,1 %), Italia (-9,1 %). La zona euro
en conjunto verá disminuida su actividad en un 7,5 %, mucho más que en
Estados Unidos (-3,7 %) por no hablar de Corea del Sur (-1,1 %).
Cuando termine 2021, el PIB español seguirá siendo casi un 6 %
inferior al que había antes del estallido de la crisis del coronavirus
(solo Portugal, Islandia, Reino Unido y Grecia estarán peor) y un año
después seguirá por debajo.
El despegue del consumo privado y de la inversión, ayudados por
una contribución positiva del comercio exterior en esos dos años quedará
limitado por una recuperación del mercado laboral incompleta.
La tasa de paro va a incrementarse hasta el 15,8 % de la
población activa este año (tras el 14,1 % en 2019) y todavía más hasta
el 17,4 % en 2021 antes de empezar a bajar muy moderadamente al 16,9 %
en 2022.
En cuanto al déficit público, este año se disparará hasta el
11,7 % del PIB, y empezará a bajar lentamente en los dos próximos
ejercicios (al 9 % y al 6,6 %). La consecuencia directa será el tirón de
la deuda pública, que pasará del 95,5 % del PIB en 2019 al 117,3 % en
2020. Y seguirá aumentando en 2021 (120,5 % del PIB) y en 2022 (122,4
%).
En ese contexto, la OCDE insiste en que tienen que continuar las
medidas de apoyo de los afectados por las nuevas restricciones y al
mismo tiempo se debe promover la formación para las personas que se
encuentran en ERTE.
Se trata de mejorar sus oportunidades para encontrar trabajos en
sectores prometedores. Y a eso tienen que contribuir los servicios
públicos de empleo con una asistencia individualizada.
Para el conocido como el "Club de los países desarrollados",
España debe aplicar las reformas estructurales previas para corregir la
fragmentación interna del mercado y disminuir las barreras al
crecimiento de la productividad.
También tiene que incrementar la coordinación y la evaluación de
las políticas autonómicas y estatales de innovación para elevar su
calidad. Y eso puede contribuir a mejorar la estructura de la actividad
económica con la adopción de tecnologías digitales y retirando las
barreras a la expansión de las empresas.
La OCDE señala que la inversión durante la recuperación en
energías renovables, en eficiencia energética y en transporte sostenible
ayudarán no solo a la transición ecológica, sino también a la creación
de empleo.