“Las lágrimas más tristes que se lloran sobre las tumbas, son por las palabras que nunca se dijeron”. Con estas palabras leídas tiempo atrás, me presento ante ustedes, buscando iniciar mi andadura periodística en la cual trataré de ofrecer una percepción personal sobre la actualidad, describir mi interpretación íntima de la realidad y, si fuera posible, tratar de proponer alguna que otra descabellada solución.  

No resulta fácil, ni es el mejor momento para comenzar dado que nos encontramos en momentos de cambios constantes y rápidos, decisiones políticas aceleradas y falta de asunción de responsabilidades por quienes debieran, junto con la observancia de una clara pérdida de respeto por principios y valores que tiempo atrás considerábamos indiscutibles.  

Considero que la percepción mantenida no resulta única sino derivación de una concienciación más amplia de lo pensado, ausente en debates mediáticos frívolos, conversaciones políticamente correctas y oficialistas o falta de coherencia y justificación de los mismos.  

Hacía bastante tiempo que deseaba iniciar una participación en la redacción y publicación de artículos de opinión para un diario digital del prestigio desde el que se me admite, toda vez que este medio de comunicación escrita representa la mejor forma de transmisión de ideas, seria y responsable, donde la hubiera, en la actualidad, objeto de admiración personal, ante la falta de constancia y coherencia que otros medios pudiera ofrecer.  

Las dificultades que me atañen la redacción de estos artículos son tenaces e innumerables, competidores diarios infinitos así como la posibilidad de desaparición en la nebulosa de opinión existente en mundo actual, pero sin que en ningún momento cese en la redacción de los mismo, bajo dos objetivos fundamentales, por un lado, tratar de abrir puntos de vista diferenciados y debates con las opiniones planteadas y por otro, improntar mi marca personal a través de los mismos. Muchas Gracias por vuestra atención y comenzamos…

Carlos Mallo