La humanidad va avanzando, y va siendo consciente, de dos realidades que se completan y complementan, un mejor conocimiento de los aspectos biológicos, sociológicos, y psicológicos que inciden sobre la salud, y la salud mental.

El futuro a medio plazo, nos puede situar en enormes problemáticas y enormes soluciones y respuestas. El conocimiento en todos los saberes ortodoxos, esperamos y esperemos avancen de forma gradual y si es posible cuantitativa, aunque no conozcamos muy bien sus consecuencias.

Por lo cual, admitiendo que no soy un experto en temas de salud mental, pero también no negando tener una cierta experiencia en estas cuestiones, desde niveles de responsabilidad muy limitados, y desde ópticas y perspectivas que podríamos indicar rozan la filosofía y las artes y las humanidades y la literatura, quizás, sienta el deber, de modestamente, articular algunos artículos sobre estos temas, aunque sea en forma de preguntas abiertas, aunque no se descubra aspectos iluminadores especiales en estas frases. 

- Diríamos que la salud mental, tiene dos grandes áreas o niveles, por un lado, la prevención de trastornos psicológicos y mentales, y en segundo lugar, ya producidos, intentar que se alcance la salud lo antes posible. En esto es igual que los trastornos biológicos, por un lado, no caer en patologías biológicas, y ya caídos, pues intentar reducir sus consecuencias negativas, y aumentar, los grados de salud.

Diríamos que el ser humano, se mueve en cinco grandes esferas: su realidad biológica, su realidad psicológica, su realidad social o sociedad, su realidad cultural o de conocimientos, y su realidad metafísica o espiritual.

Estas cuatro grandes conjuntos de realidades, formadas a su vez, con una multitud enorme de variables, funciones, ponderaciones, constantes, entidades se interrelacionan entre sí. Y quizás, no se haya estudiado con suficiente metodología científica, las interrelaciones en la salud, ni en multitud de otros temas, de aspectos sociales y de sociedad en la salud biológica y psicológica, aspectos de la cultura y de los conocimientos en esos mismos ámbitos, e incluso aspectos metafísicos-religiosos-espirituales, se crea en ellos o no, en las realidades de la salud biológica y psicológica.

- La sociedad, en general, e incluso parte de la administración, y desde luego, algunas ideologías, colectivos, grupos e individuos, no han valorado, ni valoran a las personas, de la diversidad de profesiones y de responsabilidades que existen dedicados a la salud mental.

Se valora y se han valorado las actuaciones en otros tipos de salud, especialmente física o biológica o incluso psicológica, sea los avances y cuidados cardiovasculares o geriátricos o pediátricos, pero no lo suficiente los cambios y adelantos y esfuerzos en salud mental, en toda sus diversidades de causas y de realizaciones, ni tampoco se valora a las personas que han dedicado a este trabajo y esfuerzo uno o diez o veinte o cuarenta años de su existencia.

- ¿Hay que preguntarse si una ética individual o colectiva a nivel teórico, y a nivel práctico incorrecta es uno de los conjuntos de factores que incrementan la enfermedad o patologías o disfunciones psicológico y mentales…? 

¿Ciertamente en el panorama de la salud mental, existen un enorme arco iris o espectro entre salud y no salud, patologías diríamos leves o graves, y de distintos nombres y apellidos, pero hay que preguntarse si entre los factores patógenos estarían que los individuos, grupos, colectivos, sociedades, culturales e ideologías no fuesen correctos a nivel ético y moral, tanto en la teoría, como en la relación práctica? 

Podemos entender y comprender, que estas preguntas, este horizonte sea complejo e incluso, no guste a muchos oídos, pero no podemos obviar, que hay muchas disfunciones sanitarias, tanto fisiológicas o biológicas, y posiblemente psicológicas que se incentiven, se crean o se amplifican porque los individuos no llevan una vida moral correcta. Ciertamente, determinadas patologías causan que los individuos se incrementen sus posibilidades de llevar conductas no correctas. Otra cuestión es la responsabilidad, culpabilidad, libertad, voluntad que los individuos tienen en esas conductas morales o no morales, en qué grado y en qué cantidad.

¿Quizás desde un punto de vista, con una orientación filosófica y no solo psicológica o psiquiátrica de este tema o cuestión de la salud mental, desde un punto de vista ético y moral, y cómo una perspectiva correcta de esta cuestión, amplifica o disminuya no solo la salud física de individuos y colectivos, sino también la salud psicológica y psiquiátrica…? 

¿Tenemos que pensar, si existen ideologías y colectivos que defienden determinadas ideologías, que en este tema, en nombre de una libertad sin límites o una autoconciencia sin límites, o unas éticas del relativismo o del materialismo o del hedonismo o del epicureísmo, están incrementando, estados de la realidad social e individual, que incentivan, siendo conscientes o no, estados patógenos a nivel biológico y psicológico de salud? 

Cómo observadores pensadores nuestra obligación, como modestos articulistas, que es diríamos uno de los cauces por donde se orientan o cristalizan estos pensamientos, tenemos la obligación de rozar temas, que busquen mayores grados de verdad-bondad-bien y en definitiva, de realidad. Lo lógico y razonable es no acertar siempre, pero si al menos, tener la voluntad de incrementar la relación entre realidad y verdad-bien-bondad. Aquí, en este artículo, y esta pequeña serie sobre este tema, estamos intentando acercarnos a las múltiples aristas de la salud y la salud mental. 

Y en este último epígrafe de la relación que podría existir entre una ética-moral correcta y una salud biológica y psicológica y mental adecuada. Al fin, de cuentas, todo el mundo sabe que una moralidad incorrecta lleva a actos incorrectos y que terminan muchas veces, con actitudes y hábitos y aptitudes incorrectas. Aunque todos estos niveles se combinan entre sí.

jmm caminero