Hace unos días, la nueva Ministra de Trabajo, la gallega Yolanda Díaz, se reunía con los representantes de las organizaciones de Autónomos con sede en Madrid, y recibía de éstos las primeras peticiones, para la nueva legislatura. La primera de esas peticiones es la reforma del sistema de cotización del RETA, Régimen de Autónomos de la Seguridad Social, hacia una fórmula de cotización por ingresos, que si bien establecerá un mínimo exento de cotización, no es menos cierto que va a suponer un incremento de las cotizaciones para aproximadamente 700.000 Autónomos. 

Ello, en un entorno como el que ya tenemos encima, con caída en el crecimiento, pérdida en el PIB en gran medida por la caída de las exportaciones, punto fuerte de la economía gallega, que se ve afectada por la situación internacional, guerra comercial con EE.UU, las consecuencias del BREXIT, caída del sector de la automoción y la energía, apenas paliada por el crecimiento del sector textil. Sectores como el comercio, desangrándose, la hostelería sufriendo también, pese al aumento del turismo, que ya no da más de sí, la cifra de Autónomos en Galicia en mínimos históricos.

Conviene ser cautos y estudiar muy bien una medida de este tipo, porque luego ya no habrá marcha atrás; el poder político tiende a avanzar hacia lo ilimitado. La posibilidad que tenemos los Autónomos de elegir las bases de cotización entre un mínimo y un máximo supone un ámbito de libertad, que irremediablemente se perderá en cuanto se implante un sistema obligatorio de cotización en función de los ingresos. Y mucho me temo que si se aprueba, como parece que va a suceder, ya no habrá vuelta atrás. Si renunciamos a esa pequeña libertad, sospecho que ya nunca nos la van a devolver. 

La mayoría de autónomos cotizan por la base mínima de cotización, que da derecho a pagar la cuota mínima. Hay que suponer que los Autónomos son personas libres e inteligentes, y si escogen cotizar por la base mínima, será por algo, bien porque prefieren complementar su ahorro con planes privados, bien porque sus ingresos no le permiten cotizar por una cuantía superior, o por lo que sea. Desde la FEDERACIÓN DE AUTÓNOMOS DE GALICIA llevamos reivindicando sin éxito, la libertad de cotización en cualquier tramo de edad del Autónomo, eliminando los topes de cotización que la ley impone a partir de cierta edad, ahora desde los 47 años. Es verdad que la realidad parece ir por otro lado. 

Pero, lo que es indudable, es que, en los últimos años, los Autónomos hemos visto cómo la cuota ha ido creciendo cada vez más por dos razones: por un lado, porque ha aumentado la base de cotización y, por otro, porque también ha aumentado el tipo de cotización mínimo por el que debe cotizar un autónomo.

En el año 2.015, la base de cotización mínima estaba establecida en 884,40 € y la máxima en 3.606,00 euros. Cinco años después, en 2020, y a falta de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, estas cuotas son de 944,40 € y 4.070,10, respectivamente. Es decir, en tan solo 5 años, han crecido un 6,79 y un 12,87 por ciento, respectivamente.

Y si las bases han aumentado, la cuota del Autónomo ha crecido proporcionalmente mucho más. Así, mientras en 2015, la cuota mínima del autónomo era de 263,55 euros, en 2020 asciende hasta los 286,15 euros, un 8,57 por ciento por ciento más, a un ritmo de un 1,5 por ciento anual.

En medio de este camino de subidas, es cierto que se han aprobado algunas reformas del RETA que suponen teóricas mejoras en la protección de los Autónomos, al haberse incluido como obligatorias las contingencias profesionales (accidente de trabajo y enfermedad profesional), así como el cese de actividad, que hasta entonces eran voluntarias. 

Como puede verse, todas las reformas que se han venido haciendo en el RETA van en la línea de suprimir ámbitos de libertad, para añadir obligaciones, sin que ello suponga necesariamente mayor protección, sí en teoría, pero en la práctica, ya vendrán las mutuas y los funcionarios del sepe (Servicio Público de Empleo) con la rebaja, ya vendrán no, ya vienen.

No cabe duda que la elección de bases y cuotas tiene repercusión directa en las prestaciones que recibe un Autónomo en caso de necesidad, sin embargo, no ha servido para solucionar una de las principales preocupaciones y demandas de los autónomos de nuestro país, como es la sobrecotización. Existen muchos Autónomos que cotizan muy por encima de sus ingresos reales a pesar de elegir la base mínima, provocando una merma importante en sus ingresos. 

Por otra parte, las coberturas teóricas no se plasman luego en la realidad que vemos cada día, cuando un Autónomo tiene que cerrar y cesar su actividad, y solicita la prestación por cese de actividad a la que teóricamente tiene derecho, y también está por ver si la pensión de los Autónomos consigue alcanzar algún día la media de una pensión del régimen general (la pensión media de jubilación de un Autónomo ronda los 700 €, mientras la de cualquier trabajador del régimen general asciende a 1.100 €, la diferencia es notable). 

Muchas obligaciones, pocos derechos; mucha ley, poca justicia, mucho derecho imperativo, poca libertad. Mucho pagar, poco cobrar, mucho cotizar, poco recibir. 

Esta y no otra, es la realidad que vivimos los Autónomos todos los días en todas partes, prácticamente sin excepción. Y parece ser que nadie está por la labor de que eso cambie.

El nuevo Gobierno ha comenzado con subidas del salario mínimo, subidas de sueldo a funcionarios, por supuesto, subidas de sus propios sueldos, etc. De los Autónomos, solo se acuerdan para que paguemos más. Como siempre. Cómo si no pagáramos ya bastantes impuestos, como si no pagáramos las nóminas y seguros sociales de nuestros empleados. Nunca es suficiente para el gobierno de turno. Este, el anterior y el que venga. Nada cambia. Los Autónomos, parias de la sociedad y paganos de la fiesta. Una pena.

FEAGA