Los empresarios pontevedreses piden que Vigo reduzca su dependencia de Citroen

Fernández Alvariño afirma en Radio Líder que si un francés sustituye a Riera cederá a las presiones de París

Las compañías proveedoras de Citroen en Galicia, agrupadas en torno al Clúster de Empresas de la Automoción, pedirán al futuro sustituto de Javier Riera al frente de la factoría viguesa, que mantenga la estrategia actual de la fábrica, que la ha llevado a ser la más productiva del grupo. También reclamarán que se siga apostando por este sector en Galicia. Los sindicatos coinciden con esta demanda. Considerarían un error cualquier cambio en la política laboral y de actividad de Citroen, aunque reconocen que una nueva dirección implicará algunas modificaciones. Así lo apuntaba en Radio Líder, el secretario xeral de UGT en la planta de, Rubén Pérez, quien admite que éste es un ?momento de incertidumbre? para todos. De momento, con la perspectiva del lanzamiento del nuevo modelo no prevé problemas para la fábrica, aunque a largo plazo no se aventura porque la industria automovilística es cambiante. La marcha de Riera ha impactado también al sector empresarial. El presidente de la Confederación de empresarios de Pontevedra, José Manuel Fernández Alvariño, cree que Vigo debe prepararse para no depender tanto económicamente de una factoría como Citroen, de la que dependen en la ciudad, y en toda la comarca, miles de empleos. Fernández Alvariño defiende la gestión de Riera a lo largo de estos años. Asegura que ha trabajado a destajo por conseguir los mejores resultados tanto para Citroen como para la provincia pontevedresa, implicándose en la sociedad civil y empresarial. Fruto de este ingente trabajo destaca el alto grado de competitividad que ha alcanzado la planta viguesa, convirtiéndose en líder nacional de fabricación de coches. El presidente de la patronal pontevedresa cree que Riera se marcha por diferencias con la empresa francesa. Comparte la idea de que el nuevo director de Citroen en Vigo será de origen galo, algo que no considera positivo para Galicia. Alvariño está convencido de que un director extranjero cedería a las presiones de la dirección francesa sin ofrecer resistencia, algo que en su opinión no hará un español.