Una soldado gallega fallece en un ataque en Afganistán

Una mina de alta potencia provocó la explosión en el convoy militar

Una militar gallega, Idoia Rodríguez Buján, falleció en un atentado contra un convoy de vehículos militares en las inmediaciones de Shindand, localidad situada dentro de la zona asignada a las tropas españolas en Afganistán. Dos de sus compañeros, el alférez César Muñoz Pantoja y el cabo Jorge Liaño del Río, han resultado heridos, pero se encuentran fuera de peligro. La soldado era natural de la parroquia de Nodar, de un lugar conocido como O Bidueiro, en el ayuntamiento lucense de Friol. Según fuentes de la propia familia, tenía 23 años, era hija única y llevaba poco más de dos años en el ejército, donde prestaba servicio en la Brilat. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, informó de que una mina de gran potencia fue la causante de la explosión que afectó al convoy. Unavión saldrá "dentro de unas horas" de España para traer al país el cadáver de la soldado fallecida en Afganistán. El ministro aseguró que este transporte aéreo "saldrá en el mínimo tiempo indispensable", aunque sin especificar la hora. Tampoco aclaró las circunstancias de la llegada del avión a España, que "serán comunicadas" en su momento. Alonso confirmó que los dos compañeros de la soldado lucense fallecida están "fuera de peligro". Así, no es necesario que el avión sea medicalizado, una preparación que podría llevar unas seis horas, por lo que "podrá salir con carácter inmediato". En su comparecencia ante los medios, el titular de Defensa aseguró que "vamos a seguir en esta misión" de la ONU, en la que España participa junto con otros 36 países, que es "noble y decente". Manifestó su apoyo a los heridos y a todo el contingente español que "está desarrollando una brillante tarea" en Afganistán, y destacó su "destacada entrega y profesionalidad". Recordó que el riesgo de atentado en el oeste del país, donde se encuentran las tropas españolas "ha vuelto a rebrotar" con la llegada de las buenas condiciones climatológicas, pero "tenían que seguir aí" porque el riesgo había aumentado aún más en el sur y en el este.