La paciencia de los empresarios pontevedreses, al límite

Alvariño exige en Radio Líder "compromisos claros" para que la provincia siga siendo motor económico

El ambiente sigue caldeándose en Vigo. Cada vez son más quienes se suman al malestar ante el retraso de los principales proyectos para el desarrollo de la ciudad. El bloqueo del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), los retrasos en las infraestructuras (tanto del AVE como las autovías con Pontevedra y O Porriño), o la demora en la creación del área metropolitana, y la demanda del Registro y el Juzgado de lo Mercantil son los principales motivos que han llevado a empresarios y agentes sociales de la ciudad a organizar una manifestación en las calles de Vigo. Quieren protestar por el trato, a su juicio discriminatorio, que la Xunta y el Gobierno central dispensan a la ciudad olívica. Aún no hay fecha, pero se baraja la segunda quincena de marzo. Sería la segunda marcha en poco tiempo, después de que el sábado se manifestasen, en Santiago, numerosos vigueses, convocados por la federación vecinal Eduardo Chao. Los promotores de la nueva movilización, casi todos pertenecientes al Consello Económico y Social, pretenden que los partidos políticos queden al margen. Es la forma, dicen, de que nadie pueda interpretar que, detrás de la protesta, hay fines partidistas. En declaraciones a Matinal Líder, el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, explicaba que la paciencia en Vigo está llegando al límite. José Manuel Fernández Alvariño reclama ?compromisos claros? para el futuro de la ciudad. Asegura que su intención no es incordiar, pero exige que la provincia reciba lo que se merece: desarrollo de los planes urbanísticos, ampliación del aeropuerto o mejora de las conexiones con Pontevedra. A partir de ahí, explica Alvariño, no habrá ningún gobierno que se atreva a no dar lo que le corresponde a la provincia ?motor de la economía gallega? y ?líder empresarial?. El presidente de la patronal pontevedresa también ha respondido a las críticas del Gobierno gallego, que percibe intereses ocultos detrás de las protestas organizadas por sectores de la ciudad. Alvariño asegura que de intereses ocultos, nada. Que lo que les mueve es su preocupación por el futuro de Vigo y recibir ?un poco más de cariño? porque ?cada duro que se invierte en la provincia se va a multiplicar por cuatro?.