“La venganza de Ulzana”, un excelente western de Robert Aldrich, cruel e inusualmente violento para la época en la que se rodó, está basado en las andanzas de ese jefe indio, durante la época de las guerras apaches en las postrimerías del siglo XIX. La película cuenta con un notable reparto encabezado por Burt Lancaster, Richard Jaeckel y Bruce Davison y recrea fielmente el rastro de sangre que el caudillo apache y sus guerreros dejaron tras de sí.         

Según el historiador David Roberts, autor de un magnífico libro editado en Edhasa y titulado “Las guerras apaches: Cochise, Jerónimo y los últimos indios libres”, Ulzana, hermano mayor de Chihuahua, se presentó voluntario para dirigir un asalto en busca de munición en el territorio de Arizona. Él había sido explorador militar y de hecho fue uno de los rastreadores que dieron caza a Nana en 1881.         

Al parecer, Ulzana aprendió mucho de las artes y tácticas de asalto gracias a Nana, un legendario jefe apache junto a Jerónimo o Cochise. Mientras seguía su rastro junto a los soldados, él observaba sus métodos y estrategias y no dejaba de asimilar sus conocimientos.         

Con sólo diez o dice hombres, menos incluso que Nana en su huida en 1881, Ulzana cabalgó aproximadamente 1.930 kilómetros en dos meses, mató a 38 hombres, robó 250 caballos y mulas y no perdió ni un solo guerrero.         

La más arriesgada de todas sus hazañas tuvo lugar al comienzo de su incursión, cuando atacó el mismísimo Fort Apache, tomándolo totalmente desprevenido. Movidos más por la sed de venganza que por la necesidad de disponer de munición, atacaron de noche. Y mataron a una docena de apaches montaña blanca sin que nadie los viese desde los edificios militares.         

El ataque de Ulzana exasperó al general Crook, que llegó a admitir que eran los soldados blancos los que impedían a los exploradores indios finalizar las persecuciones con éxito.         

Robert Aldrich, un vigoroso narrador en cuya filmografía figuran también otros westerns notables como “Apache” o “Veracruz”, nos cuenta en “La venganza de Ulzana”, una historia vibrante y cruel en la que Burt Lancaster en plena madurez, encarnando a un lacónico y solitario explorador que persigue al jefechiricahua, ofrece uno de sus mejores registros interpretativos.

Ángel Varela