El que sería, con el paso del tiempo, uno de los hombres claves del género, nació en 1904 en San Francisco poco antes del famoso terremoto que destruyó la ciudad. Estudiante de leyes, a su vuelta de una larga y solitaria estancia en tierras de Arizona con los indios Hopi y Navajo, se sintió fascinado por el desierto y decidió hacer cine.
Las dos películas más célebres que escribió en la década de los treinta fueron “El bosque petrificado” (1936), de Archie Mayo, con Humprhey Bogart en uno de sus primeros papeles protagonistas; y “Tú y yo” (1939), de Leo Mc Carey, con Irene Dunne y Charles Boyer. Esta última tuvo un remake posterior en 1957, dirigida también por Mc Carey, y con Deborah Kerr y Gary Grant como protagonistas.
“Destino: Tokio”, una película de propaganda bélica, fue la primera que dirigió en 1943. Siete años más tarde dirigió “Flecha rota”, un título imprescindible del género, con James Stewart de protagonista, y que abría nuevos caminos argumentales en el western con la reivindicación de la dignidad del nativo norteamericano.
El western domina toda la filmografía de Daves en la década de los cincuenta. Sin embargo, en los años sesenta, ya al final de su trayectoria artística, se consagra casi exclusivamente al melodrama.
Además de “Flecha rota”, el director rodó “El retorno del tejano” en 1952, con Dale Robertson, Joanne Dru y Walter Brennan como protagonistas. Dos años más tarde dirigió “Tambores de guerra”, con Alan Ladd y Audrey Dalton. “El tren de las tres y diez” (1957), con Glenn Ford, Van Heflin y Felicia Farr; y “El árbol del ahorcado” (1959), con Gary Cooper, Karl Malden y María Schell, figuran entre las mejores películas del oeste que se han filmado nunca. La primera de ellas conoció, al cabo de los años, un remake dirigido por James Mangold, con Christian Bale y Russell Crowe de protagonistas.
“Jubal” (1956) y “Cowboy” (1958), ambas protagonizadas por Glenn Ford, son también dos títulos imprescindibles de su filmografía, junto con “La ley del talión” (1956), protagonizada por Richard Widmark. En 1958 dirigió también otro western protagonizado por Alan Ladd –“Arizona, prisión federal”, que no está sin embargo a la altura de sus mejores westerns.
Ángel Varela