Hace no pocos días, se ha asistido en nuestra comunidad autónoma reabrir un debate que parecía ya abandonado, el cual no es otro que la fusión de municipios gallegos, repetición de hechos por arte de magia galaica, produciéndose la segunda fusión de los municipios de Cerdedo y Cotobade, sitos en la Provincia de Pontevedra.
Cuando menos, no resulta llamativo que antes el fracaso embarazoso de la fusión de los municipios de Oza y Cesuras en Junio 2013, que finalizó con la negación de los beneficios fiscales y presupuestarios por parte del Gobierno de España, aún cuando mismo color político gobernaban, se haya vuelto a usar la fórmula ya fracasada.Ante la proximidad de las elecciones gallegas, se reunieron en gobernantes autonómicos y locales para celebrar el gran acuerdo de fusión del Concello Cerdedo – Cotobade, el cual estará constituido por una superficie total de 214,5 kilómetros cuadrados y una población de más de 6.000 habitantes.
En España, existen un total de 8.116 Ayuntamientos, con sus correspondientes casas consistoriales, buen número de concejales electos y miembros de la oposición, con sus respectivas retribuciones personales, de entre los cuales, sólo 145 municipios superan más de 50.000 habitantes, dato crítico si se excluyen capitales provinciales, restando únicamente 93. De igual forma, cabe señalarse que más de cuatro mil quinientos municipios no alcanzan los mil habitantes por municipio.
En primer lugar, no debe olvidarse que el pilar fundamental del agrupación de municipios requiere la innegable coordinación política, plasmado mediante un celebración de un convenio público, de urgencia, en virtud del cual se reúnen presidente de la Comunidad Autónoma y varones locales con presencia de los medios de comunicación. Sin embargo, el problema radica en la negativa de más del 70% de los alcaldes gallegos que desestiman la posibilidad de fusión como fórmula mágica para la reducción de gasto público, ahorro fiscal y aumento de ingresos gubernamentales. Es más, ante la inexistencia de voluntad política, por motivos obvios y la ausencia de un modelo municipal a nivel autonómico, las fusiones casuales responderán a la fórmulas de recuperación del poder o fórmulas de sucesión encubierta.
La argumentación por los varones populares, carente de fundamentación, se sitúa en la supuesta mejora de los servicios públicos para con los vecinos fusionados, aumento de las posibilidades de inversión y ahorro en cargos políticos locales. Aunque, no es menos cierto que los resultados electorales de las últimas citas electorales han quebrado la posición inatacable de gobiernos populares mantenidas férreamente, unidos a recurrentes casos de corrupción junto con un futuro en la oposición por imposibilidad de alcanzar pactos electorales que permitan la gobernación, por lo que la recuperación – refuerzo de su poder se manifiesta vía fusión de municipios.
Es innegable que la disminución demográfica de ambos municipios, la ausencia de un sector primario fuertemente implantado y el fenómeno de abandono poblacional del rural gallego han quebrado los escasos recursos económicos de los concellos gallegos rurales, no sin olvidar las subidas impositivas de Impuesto de Bienes Inmuebles por la doble vía (subidas de coeficientes municipales – aumento de valores catastrales), inspecciones y controles abusivos de propiedades y valoraciones exageradas y ficticias para los Impuestos de Sucesiones y Donaciones. Una falacia repetida no hace que se convierta en verdad, toda vez que en ningún momento se han adoptado medidas previas al concurso que una empresa, en situación similar llevaría a cabo, tales como la reordenación del patrimonio municipal con venta de casas consistoriales, ni la recolocación o despido de personal funcionario, ni tampoco la reducción de asesores políticos de ámbito municipal.
Es más, la realización de la fusión municipal con fecha posterior a la celebración de las elecciones municipales impide la supresión de cargos públicos, que deberán ser mantenidos hasta 2019, es decir, mantenimiento obligatorio de los catorce concejales del partido popular y seis concejales de la oposición. ¿Y los alcaldes? De momento se mantendrán en su cargo y con percepción económica actual, por suerte o por desgracia (con posibilidad de aumento por razón de número de habitantes), integrándose en la Gestora integrada por la suma de todos los concejales, como Presidente y un Vicepresidente.
Para nuestros gobernantes, presentes y futuros, la solución al problema no radica en la fusión polarizada e individualizada de municipios, sino en la elaboración de un programa autonómico para municipios en el que se reduzca de forma significativa los 313 municipios de la comunidad autónoma gallega, eliminación de gasto político superfluo, concreción normativa de los miembros y las percepciones económicas de las corporaciones municipales y las funciones asumidas por éstos. Asimismo, una reorganización municipal debe basarse en criterios de eficiencia administrativa para con el ciudadano, careciendo de validez aquellas fórmulas de simplificación económica de municipios u olvido en la prestación de los servicios municipales propios. Tampoco, sería conveniente la utilización de la fórmula de sustitución de concellos por terratenientes de distrito, lo cual no es más que la multiplicación de los asesores políticos existentes, con independencia o no, de su elección por sufragio universal y directo, por los vecinos de la zona correspondiente.
Hasta la actualidad, no existe ningún grupo parlamentario representativo con sensatez y seriedad suficiente para tratar de solventar globalmente este problema, toda vez que el juego de tronos municipales instalado en Galicia por conquistar el poder autonómico impide adoptar decisiones de calado, aún cuando no hubieren sido pocos los alcaldes que han exigido soluciones urgentes con concellos limítrofes, como los de Vigo o Lalín, o en tiempos pasados Coruña o Santiago, desatendidas por falta de identidad de color político en los mismos.
Finalmente, mis palabras no pueden sino calificarse como idealismo utópico, o acaso quién se opondría a la reorganización municipal, al ser beneficiosa para tod@s los vecin@s, o dicho en palabras del Presidente de la Xunta de Galicia, ello no es ejemplo de “una buena política municipal”.
Carlos Mallo