Hace tiempo que en nuestra comunidad autónoma se abrió el debate de quién debía ser el candidato a la Presidencia de la Xunta de Galicia, por cuanto el Sr. Núñez Feijoo llevaba dejando la puerta entre abierta en el último período de legislatura.
Toda vez que cualquier persona tenía la osadía de preguntar sobre su futuro, se hacían eco sus constantes negativas a responder o indecisión constante, que no hacían sino avivar el debate sobre sus verdaderas intenciones, no conocidas más allá de cercanos colaboradores. Se llegó incluso a afirmar su salto a la política nacional bien mediante su integración en el futuro gobierno de D. Mariano Rajoy o, su posicionamiento como sustituto del presidente el gobierno en funciones, que entrevistas recientes afirmó tal posibilidad.
Sin embargo, ante los dos últimos fracasos electorales del partido popular, en las últimas fechas se ha descartado totalmente el avance del Sr. Núñez Feijoo al Gobierno de España, llegando a afirmar la dejación de tal decisión a los miembros de su partido, bien para el intento a un tercer mandato autonómico en Galicia o bien como cambio de dedicación a la empresa privada. La decisión del actor se ha hecho esperar durante meses, pero fue este primer sábado de abril cuando se han despejado todas las dudas, dios mediando.
Ambas opciones planteadas no han sido sino respuesta urgente a los problemas actuales del partido popular, por cuanto la absoluta falta de un líder popular fuerte que pudiera dar el relevo al actual presidente de la Xunta de Galicia junto con el continuismo del presidente en funciones a la presidencia del gobierno, no hacen sino colocar al Sr. Núñez Feijoo como único candidato a la Gobierno de la Comunidad. Es más, la ventaja competitiva que supondría la repetición del candidato respecto de los otros aspirantes, es más bien la única causa de la continuación forzada, dado que, si consigue una alcanzar una tercera mayoría absoluta, se convertirá en el insuperable referente del partido popular sin que nadie pueda hacerle sombra, ni siquiera su predecesor en el cargo, D. Manuel Fraga Iribarne.
En los tiempos en los que el secretario general del PSdG – PSOE, D. José Ramón Gómez Besteiro, queacumula a día de hoy 10 imputaciones judiciales por causas judiciales diferentes, junto con los problemas internos de las Mareas, Podemos Galicia, el desconocimiento de los miembros de ciudadanos en Galicia y la ininterrumpida crisis y refundación del BNG, obligan a cuidar las escasas plazas políticas que les quedan, que podría configurarse, posteriormente, como un salto a la política nacional si es impactante el resultado obtenido, sin necesidad acudir al recurso de pacto.
Respecto de la posibilidad de cambio en las filas populares, no se atisbaba un eventual candidato políticamente fuerte para tal actuación, por lo que como presidenciables, existían muchos, tales como Dª Ana Pastor, D. Alfonso Rueda, D. José Manuel Rey Varela, D. Jesús Vázquez, o D. Jorge Cubela, que han demostrado gran popularidad entre la gente, rapidez de cambio y adaptación a la nueva política, pero carentes de fuerza representativa a nivel gallego.
¿Cuál es la mejor opción para el Partido Popular? Sin duda ante el escenario planteado, la reelección se ha planteado como la única forma para evitar que el gobierno de Galicia caiga en manos de la agrupación de la Marea con el PSdG – PSOE y Podemos y otros grupos de la izquierda que pudieran estar representados, encabezados según postulaciones recientes por D. Xosé Manuel Hixinio Beiras Torrado, que a sus ochenta años aguanta el tirón.
Y,aun así, la decisión adoptada también debería haber implicado una reflexión política a plantear para el futuro, no limitándose a un cambio de rostros, es decir, la fijación de políticas claras y bien definidas para la comunidad autónoma, no fruto de los tiempos o de la invención temporal. Ejemplo de lo anterior, sería la fijación de un mapa municipal claro a desarrollar en próximos años o la solución al grave problema aeroportuario.
La celebración de las próximas elecciones autonómicas parece que responderá a un continuismo total en las políticas a desarrollar, toda vez, que las demandas sociales – económicas de los galleg@s no son las mismas que en las últimas elecciones y las respuestas políticas a adoptar necesitan unas ideas despejadas a poner en funcionamiento.
Carlos Mallo