La clara falta de planificación de la organización territorial en Galicia no es sino una respuesta continuada a los gobiernos localistas e inoperantes, elegidos democráticamente, de forma ininterrumpida, disponiendo del poder absoluto para proponer y llevar a cabo cuantas medidas hubieran tenido a bien. Es más, ante la identificación de color político con los gobiernos autonómicos en San Caetano, ha propiciado un desgobierno organizativo, territorial y social a largo plazo,con salvedades contadas y momentáneas de miembros de las corporaciones locales por medio del impulso de proyectos encaminados a la reelección política y asfaltado y humanización de todo lo posible.
La participación política ha quedado reducida a la construcción desenfrenada de obra pública tendente al ensalzamiento de la figura del alcaldable, como, por ejemplo, el desarrollo y ejecución de proyectos faraónicos como campos de futbol de alto nivel, palacios para la ópera y celebración de congresos y exposiciones a nivel mundial, multiplicidad de bibliotecas y casas de cultura, …, remodelaciones arquitectónicas exclusivos, cuando los servicios básicos y primarios de los ciudadanos han quedado desatendidos. Es más, no debe olvidarse la creación y mantenimiento necesario de los aeropuertos de Galicia, sitos en Vigo, A Coruña y Santiago, carentes de vuelos regulares, con las limitaciones físicas y temporales que todos conocen y que impiden la existencia de un buen aeropuerto adaptado a las necesidades de los gallegos. Es particularmente destacable la dejación de funciones y corruptela local instalada, cuando con la ventaja competitiva que supondría la existencia de los tres puertos aéreos, resulta impensable la reducción significativa de pasajeros en los mismos, en detrimentos del aeropuerto de Oporto, fuera de España que cuadriplica el tráfico diario de la totalidad de los vuelos gallegos.
Otro ejemplo podría ser las siguientes construcciones impulsada por gobiernos locales, con el apoyo del gobierno autonómico, como han sido la implantación de los puertos exteriores en diversas localidades, carentes de lógica, y basada en criterios de profesionales contrastados, pero insuficiente para su implantación, o ¿Cuál es la razón por la que se ha empezado la construcción del Puerto Exterior de Ferrol cuando se estaba construyendo un puerto exterior en A Coruña, (por no decir, las dificultades de maniobra y entrada en la ría de Ferrol ante determinadas condiciones marítimo – temporales)?¿Cuál es la razón de la falta de comunicación terrestre y ferrocarril al mismo, a pesar de haber impulsado dichos proyectos?¿Finalmente, cual es la razón de la construcción en Ferrol y A Coruña cuando se podría haber construido con mayor utilidad y criterios económicos en la zona de la Costa de A Morte?
Por tanto, la llevanza de una política local basada en variedad y diversidad de construcciones civiles, sin la utilización de criterios de eficiencia, eficacia y clara utilidad pública para los ciudadanos ha desembocada en un indiscutible descontrol político y déficit económico que impide un mantenimiento acorde con los ideales en los que la construcción se ha basado. En este párrafo me estoy refiriendo a implantación de construcciones sanitarias bien intencionadas, pero carentes del apoyo técnico – médico necesario para la solución de los problemas salubres de os vecinos del municipio. Los argumentos esgrimidos por gobernantes locales tienen validez lógica cuando el ideal defendido es la protección y garantía sanitaria de los vecinos, como sucede en municipios limítrofes con Santiago de Compostela, o ¿quién en su sano juicio negaría el derecho a la salud y su curación a los gallegos con independencia del lugar de residencia? Dicho argumento es correcto, pero carente de eficacia práctica, toda vez que la implantación de centros de salud sin apoyo organizativo sanitario previo, hace sin sentidos como los vividos en la actualidad, que cualquier vecino puede acudir a su centro de salud, pero cuando reúne ciertos criterios de gravedad o necesidad de realización de pruebas médicas deberá acudir de forma obligatoria a los hospitales, obligándole a ir a Santiago de Compostela.
En las próximas elecciones gallegas, y nacionales, debería imperar una reflexión política tendente a la reorganización del mapa gubernativo gallego, las actuaciones a desarrollar y los servicios a prestar, no siendo posible un claro abandono de los ciudadanos a la suerte, negando la realidad y acudiendo a futuros utópicos o falta de realidad económica de las soluciones a implantar.
Carlos Mallo