En vísperas de la convocatoria de las elecciones gallegas, los principales partidos políticos gallegos han comenzado a elaborar sus estrategias para alcanzar el gobierno de Galicia y la presidencia de la Xunta de Galicia para los próximos cuatro años.
La decisión final del Don Alberto Núñez Feijoo a anhelar un tercer mandato ha implicado la llevanza de líneas continuistas en el partido que ha gobernado Galicia los últimos ocho años, sin más pena que gloria, carente del desarrollo de un programa político más intenso que el simple respeto al “equilibrio institucional, político y económico”, sin nuevas ideas más allá de impulsos concretos, como ha sucedido con la última fusión propuesta. Las respuestas a la futura gobernanza del Partido Popular en Galicia no pasan por continuar en la misma línea política desarrollada desde la celebración de las elecciones locales gallegas, sino que deberán organizar un programa que vuelva a ilusionar a su electorado.
Asimismo, la más que probable repetición de elecciones a nivel nacional, no hace sino quebrar un poco más las posibilidades de la repetición del dubitativo aspirante a la Presidencia del ejecutivo gallego, por cuanto una posible quiebra electoral, o prolongación de la indeterminación del gobierno nacional, generará más dudas para Don Alberto Feijoo, el cual tratará de salvar los muebles a partir de la convocatoria y celebración del congreso autonómico del Partido Popular.
Cuestiones diferentes suceden en los restantes partidos, todavía en fases de formación, indecisos por las fórmulas a utilizar para su presentación o elección de figuras políticas capaces de establecer vinculación suficiente con el electorado, que permitan la superación, aunque fuera por la mínima, al partido gobernante.
Las cosas no andan bien ni por las Mareas ni por el Partido Socialista Gallego, ante los que la repetición de Don Alberto Núñez Feijoo a la presidencia, ciertamente, han limitado sus probabilidades para la gobernación en Galicia. Mientras que el PSdG – PSOE se encuentra en una crisis grave política, presidida por una gestora inmóvil por las órdenes dadas por Ferraz, ciertos militantes y simpatizantes, encabezados por Don Abel Caballero, han querido empezar la maquinaria, mediante diferentes actos semiprivados que lejos de plantar cara a la ejecutiva madrileña han sido definidos como exaltación del sentimiento socialista.
La falta de consideración y voluntad por un aspirante a la sucesión de Don Alberto Núñez Feijoo al frente de la Xunta es más que perjudicial para los intereses políticos del Partido Socialista, que demuestra el deseo inamovible de convertirse en la tercera o cuarta fuerza política del espacio electoral gallego.
A pesar de las insinuaciones sarcásticas de dirigentes de los Partido Popular de la selección de un candidato para el eterno rival, las posibilidades reales son escasas por cuanto no surgen posibles para el matrimonio, y, los que nombres surgen se autodescartan rápidamente, bien por falta de poder político o bien por decisión personal, con la salvedad de Don José Luis Méndez Romeu, cuyo posible nombramiento, no hace sino estancar los procesos de regeneración política, elección de un candidato serio y con amplia aceptación para el público gallego.
Finalmente, podría indicarse que la luna influye en los procesos de concurrencia de las izquierdas por cuanto la postulación de Don Xosé Manuel Hixinio Beiras Torrado, como líder indiscutible de la agrupación para la Presidencia de la Xunta de Galicia, ha sido cuando menos un jarro de agua fría en partidos cuyos principales ideales son la democracia interna y participativa, negando constantemente su identificación con las formas de elección de líder de los azules, en cuyo caso, deberán abrir los mal llamados cauces de dialogo y participación conciudadana, para la futura elección del mismo autoproclamado.
Los posibles sucesores al mismo presentan numerosos problemas para su elección por cuanto las gobernanzas locales han demostrado su inexperiencia política, desorden institucional imperante, negación de su autoridad local y la falta de simpatía ciudadana, bien por las asiduos saltos, volteretas y piruetas en los asuntos locales diarios. Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en la capital gallega con la incesante problemática de los arreglos de aceras, firmes y asfaltado, imposibles de solventar en la actualidad.
Los sistemáticos problemas de las fuerzas de la oposición no hacen sino dejar en bandeja la reelección del candidato popular, con independencia de la correcta llevanza de las ineludibles funciones gubernamentales, por cuanto el futuro gallego deberá ser mejorado a las políticas desenvueltas hasta la actualidad. Por tanto, resultan coherentes las palabras empleadas por Don Miguel Ángel Tellado Filgueira al incidir en la creencia en la falta de alternativa seria contra el PPdeG, es más, cito textualmente “Lo que hay es inestabilidad y proyectos políticos que no concuerdan, por lo que sería nefasto y calamitoso para Galicia un gobierno tripartito», con toda la razón.
Carlos Mallo