Un tercer análisis es el relativo al resultado de las elecciones generales del domingo, día 26 de Junio del año 2016 que han ofrecido un desenlace totalmente desfavorable para aquellas dos nuevas formaciones políticas, enarbolando las nuevas políticas, desilusionantes al tener numerosos tintes, rasgos y elementos de los tiempos de antaño.
En primer lugar, debe indicarse que el fruto obtenido por la formación morada se interpreta como una nueva oportunidad pérdida del asalto de los cielos, incluso después de todos los esfuerzos efectuados en impulsar una campaña original, diferente a las anteriores e incrementando su formación con la integración estructural con Izquierda Unida.
La formación de encabezada por D. Pablo Manuel Iglesias Turrión ha sufrido un nuevo revés político, inesperado entre sus dirigentes, por cuanto, a pesar de las favorables numerosas encuestas previas al acto, han podido conservar la totalidad de los escaños obtenidos el pasado veinte de diciembre del 2015, de forma independiente entre ambas formaciones, sin perjuicio de obtener cerca de un millón de votos menos.
Ante tales resultados, han salido dirigentes de todos los colores a tratar de explicar el descenso electoral, incluyendo al propio dirigente político que ha acudido a la “teoría del miedo a lo nuevo” de la población española (junto con el Brexit, de forma secundaria, ni el fraude electoral) como causa exclusiva del descenso electoral.
¿Es cierto? La respuesta es más bien negativa, por cuanto el descenso electoral no se debe a los bombardeos constantes efectuados por los demás grupos políticos sobre la llegada de los malos (y comunistas) morados, ni tampoco, únicamente, a la integración de Izquierda Unida, o su baja lealtad en el proyecto en común, ni siquiera al resultado del referéndum en Reino Unido, sino que las razones fundamentales se encuentran en los desgastes de las alcaldías del cambio al no ofrecer las respuestas ciudadanas inmediatas prometidas, sus contrariedades internas evidenciables, la ausencia de transparencia y explicación suficiente de sus orígenes y, finalmente, la renuncia a sus auténticos ideales y valores.
Sin embargo, para las próximas elecciones a las que se presenten, sería recomendable recuperar el vivo espíritu revolucionario, falto en la campaña democrática, cuya irrupción le ha permitido alcanzar el peso actual. Los cambios bruscos de criterios políticos no son aceptables en períodos temporales reducidos, que hacen poner en tela de juicio la meta perseguida y la consolidación de su espacio diferenciado. En las elecciones gallegas, se observarán si finalmente se produce un cambio real para luchar el gobierno de la Xunta de Galicia con el dirigente popular Don Alberto Núñez Feijoo, independientemente, o en coalición con los socialistas gallegos.
En último lugar, respecto del partido dirigido por D. Albert Carlos Rivera Díaz sus resultados muestran un descenso político relacionado con la falta de identificación dirección, cuyos únicos mensajes centrales de su campaña han sido la regeneración de la vida pública y el veto a Don Mariano Rajoy Brey, más allá de las promesas de su programa electoral y/o el Pacto post – electoral firmado con el PSOE. Su posición y estrategia poselectoral deberá establecerse a partir de su realidad como fuerza bisagra, no como en una alternativa de poder, como se resiste a entender, y que, de seguir así, será un reflejo del añejo partido de Doña Rosa María Díez González.
El efecto del día 26 de Junio de 2016 lejos de ser una respuesta para la formación del gobierno de España ha sido un nuevo para la despilfarro económico del estado, sin importar las necesidades de la totalidad de sus integrantes, por lo que deberán sufragar nuevamente un tercer intento gubernamental, sin que nadie, se atienda y se responsabilice de los verdaderos problemas de los mismos. ¡Por suerte o por desgracia, el despilfarro continúa bajos las mismas caras … TERCERAS ELECCIONES EN DICIEMBRE!
Carlos Mallo