En los pasados días, el jefe del Estado ha ido recibiendo a los diferentes grupos políticos para conocer de primera mano las posibilidades de iniciar, por fin, un nuevo período ejecutivo, sólido y duradero para los próximos años.
El jefe del estado siempre se ha caracterizado por una poseer gran sensatez política, mayor que la de la totalidad de los grupos parlamentarios, sin exhibir ninguna posición diferenciada más allá de la búsqueda del mayor bienestar y estabilidad para España.
Sin embargo, las aspiraciones del monarca caen en saco roto ante las exigencias de mayor tiempo para nombrar el eventual candidato D. Mariano Rajoy Brey, o no. Los restantes partidos parecen que se dedican, literalmente, a jugar al Indio ante los medios por cuanto sus opiniones carecen importancia cuando sus actos demuestran lo contrario.
Las amargas alegrías de los populares se convierten en una repentina desesperación por cuanto todos ellos son incapaces de formar un gobierno, con o sin D. Mariano Rajoy Brey, sin pactar nada de nada, con nadie cuya duración tendrá los días contados desde el primer momento.
D. Mariano Rajoy Brey no se ha movido desde diciembre respecto de todas las críticas de la ciudadanía, los numerosos casos de corrupción que rodean al partido, los problemas económico – financieros evidentes del Estado, el elevado e incontrolable incremento de la deuda pública, sin perjuicio, del fortalecimiento interno y continuar a paso firme para el cumplimiento de su reelección como presidente del gobierno, a pesar de todo.
No resulta plausible a estas alturas del verano solicitar más tiempo al monarca y a los ciudadanos españoles para que, finalmente, se observe un paso atrás del candidato o, peor, un espectáculo político en el que éste se presente sin más apoyos que los de su partido, ni alcanzar pacto alguno con las restantes fuerzas políticas.
Se acabó el tiempo para cualquier decisión y para cualquier candidato por cuanto el futuro de España se encuentra en suspense ante la inoperancia de la totalidad de una clase política, que antes de resolver los problemas públicos económicos, de seguridad y asumir responsabilidades, han imponer su propia existencia a la de los demás.
Habiendo ya transcurrido seis meses desde las pasadas elecciones, y treinta días desde la celebración de las actuales elecciones, no debería haber más tiempo más que para solventar definitivamente la formación de un gobierno, o convocatoria, de las nuevas elecciones ante el fracaso de la totalidad de los parlamentarios de las dos últimas elecciones. (Incluso ya es la hora de la valentía del denominado gobierno del cambio entre PSOE – Unidos Podemos para enfrentarse a las adversidades si existen realmente suficientes voluntades para comenzar su aventura).
Finalmente, cabría admisible que el monarca impusiera la decisión de finalización del tiempo, por medio de lo dispuesto en el artículo 137 de la Constitución con un gobierno en minoría del partido popular a corto plazo, inoperante y con incapacidad para resolver los problemas reales, o bien celebrar de forma urgente las terceras elecciones en menos de los dos meses.
P.D: Como indico un personaje en la última película de Alicia a través del Espejo, (http://www.filmaffinity.com/es/film891414.html) que debería traerse a colación para nuestros dirigentes: “Si conocieras el tiempo tan bien como yo, no hablarías de perderlo”.
Carlos Mallo