El dantesco espectáculo del pasado fin de semana al que el partido socialista ofreció a la totalidad de los españoles ha abierto un verdadero debate externo sobre la viabilidad del propio partido socialista.

Es cierto, como han indicado numerosos miembros socialistas como Don José Blanco López que las discrepancias internas han quebrado íntegramente la totalidad de las aspiraciones de gobierno de una formación a corto y medio plazo, sin perjuicio, de que dicho partido siga siendo a día de hoy imprescindible para la conformación del gobierno de España. No puede olvidar ningún político la necedad de dar por muerto a los socialistas ni tampoco seguir permaneciendo en el inmovilismo mantenido hasta el momento, por cuanto, todos los españoles necesitan la formación de un gobierno serio, estable y capaz de adoptar y asumir decisiones avivadamente. El posicionamiento de inmovilismo fruto ciertamente de la inmadurez del ex – líder socialista para con el partido popular ha terminado y es necesario el comienzo de las negociaciones si la única premisa del partido popular es el respeto por el interés general de España.

Numerosos son los problemas a los que deberán enfrentarse, por cuanto la prolongación del gobierno en funciones ha demorado las resoluciones transcendentales, entre la que se encuentra, abordar el problema territorial de España, agravado por las actitudes beligerantes de los partidos catalanes y el próximo pacto entre partidos nacionalistas vascos. Asimismo, los cambios económicos que se están a producir en nuestro alrededor unido a la obligatoriedad de cumplimiento de objetivos de reducción de déficit público, hacen innegociable el aplazamiento de la gobernación, ni siquiera debiendo plantearse abiertamente las terceras elecciones.

Si dicha situación se llegara a producir lamentablemente, sería obligatorio que al igual que se modificará la ley electoral para evitar que los ciudadanos voten en el día de Navidad, deberían acordar unánimemente la imposibilidad de presentarse a las elecciones a la totalidad de los miembros del parlamento, la negativa al pago de crecidamente subvenciones a partidos políticos y el cambio en la contratación parlamentaria surgiendo un nuevo contrato público – ciudadano por el cual, ningún parlamentario de ninguna de las cámaras percibiría percepción económica alguna hasta la formación del gobierno.

El futuro de España es de obligada respuesta siendo necesario que todos velen por el interés general con independencia de sus posicionamientos políticos, cualquiera que ellos fueren. En este sentido, la actitud del partido socialista debería recordar a aquella famosa frase “ABSTENCIÓN DE ENTRADA NO”, para que después se convirtiera en un “SI” con condicionamientos futuros, si dicho partido desea constituir una opción de gobierno y oposición para sus votantes.

La fragmentada situación parlamentaria producto de las segundas elecciones generales necesita que todos los partidos se comprometan a la defensa de los intereses de todos los españoles, inhibiéndose ante comportamientos bloqueadores o futuros de dudosa operatividad. El hartazgo ciudadano ha rebasado todos los límites esperados siendo necesario la asunción de rechazo de proyectos políticos paradójicospor los de gobiernos moderados y sensatos, que velen por los intereses de aquellos que los han elegido. La vida política español no debería convertirse en una jaula de grillos o serpientes para la toma de cualquier decisión política si por desgracia trescientas cincuenta personas son incapaces de sentarse, dialogar y ponerse de acuerdo, en cuyo caso, sería necesario habilitar un mecanismo para cesar a la totalidad de los mismos.

Carlos Mallo