El remoto domingo 20 de septiembre de 2016 la nueva victoria de Don Alberto Núñez Feijóo al frente del Partido Popular de Galicia ha sido celebrada enormemente desde la Calle Génova como si la misma hubiera sido resultado de la intervención del César Popular, nada más lejos de la realidad.
Los resultados obtenidos por el reelegido Don Alberto Nuñez Feijoo son la renovación de la confianza de los gallegos en un dirigente político que ha sabido templar las aguas políticas en todos los niveles, poner la economía por encima de todo mediando en los efectos de la crisis económica en la Comunidad utilizando todos los medios disponibles a su alcance y evitar cualquier escándalo público. El varón popular ha mantenido la unidad del partido a pesar de los malos resultados procedentes de la elecciones locales, en las que perdieron las ciudades de A Coruña y Santiago de Compostela, a pesar de las fuertes apuestas efectuadas con Don Carlos Negreira Souto y Don Agustín Hernández Fernández de Rojas, imposible remontar el fuerte tirón de Don Abel Ramón Caballero Álvarez en la ciudad olívica pero reconquistar la ciudad de As Burgas, mediando el ex – Concelleiro de Educación.
Sin embargo, el futuro del partido popular en Galicia se ha presentado con una verdadera incógnita por cuanto el candidato triunfante ha renunciado abiertamente su continuación a posteriori de 2020, o antes, privadamente, si las circunstancias fueran otras. En primer lugar, debería indicarse que la renovación de la mayoría absoluta unido a la fragilidad que rodea a Don Mariano Rajoy Brey hacen constantemente que se esté hablando de la solvencia acreditada y relevo al frente del partido popular, abriéndose las dificultades de en el propio territorio Gallego.
No debe olvidarse que la presencia de Don Mariano Rajoy Brey, e incluso del Partido Popular, no han sido determinantes para Don Alberto Nuñez Feijoo, cuya situación prelectoral era el retiro de la primera línea política y frenesí de la paternidad recientemente anunciada. El destino ha sido caprichoso hasta límites insospechados por cuanto el incierto futuro español hacen advertir el movimiento de filas y su efecto colateral en Galicia.
Los fracasos en la toma de renovación de varones territoriales, miembros muy distinguidos del Gobierno de Don Alberto Nuñez Feijoo en la Xunta de Galicia hacen pensar que no sean éstos los mejores candidatos para la sucesión de su persona cuando se produzca, con la salvedad de Don Pedro Puy Fraga y Don Jesús Vázquez Abad, cuya valía ha sido ampliamente respaldada, sin gran peso político aparente. De igual forma, la ascensión del señor Feijoo a la política nacional no significa a primera vista el descenso de Don Mariano a la política gallega dado el enorme desgaste sufrido en los últimos tiempos, a la vez, que no es plausible repetir la fórmula utilizada en otros tiempos con Don Manuel Fraga Iribarne, traspasada la malquerencia para con su persona y falta de regeneración partidista.
Finalmente, la renovación podría caminar por el apoyo y alineación de nuevas figuras en el panorama gallego como Don Jorge Cubela López, Don Diego Gago Bugarín o Don Javier Dorado Soto en este nuevo gobierno en San Caetano que comienza, lejos de la defensa de la reputación, apoyo público y formación demostrada por los anteriores candidatos hasta el momento presente.
La difícil situación que deberá abordar el partido popular en los próximos años requiere de la necesidad de un buena estrategia política por cuanto un fallo en la misma desembocaría en la conformación de un gobierno tripartito o cuadripartito por las fuerzas de la oposición, encabezadas por As Mareas de Don Luis Villares Naveira.
Carlos Mallo