Este síndrome viene de la obra de Shakespeare, Otelo que mata a Desdémona, poseído por unos celos enfermizos. La persona que lo sufre, tiene un delirio por el cual está firmemente convencido de que su pareja le es infiel.
Sentir celos se relaciona con el miedo a perder a la persona amada, es un sentimiento que forma parte de la personalidad de algunas personas, pero si se atraviesa la barrera de lo normal entonces ya se convierte en patológico. El comportamiento de una persona celosa es como si fuese un investigador profesional, observando e intentando justificar cualquier comportamiento como prueba de infidelidad.
Cuando se comienza con una relación y se detecta que la otra persona demuestra unos celos fuera de lo común, no hay que engañarse creyendo que es que te ama con locura, “cuidado”, es el primer síntoma. Tarde o temprano los celos desmedidos e infundados terminan destruyendo la relación o incluso pueden llegar a palabras mayores, ocasionando serios problemas de violencia doméstica. De principio empiezan a desconfiar de su pareja sin motivo alguno, y es entonces cuando le intenta apartar de todas sus amistades y que no se tiene porque arreglar para nada, ni vestirse bien y hasta pensar que le puede ser infiel en el trabajo. Una vez que la tiene apartada, dominada e incluso rodeada de tal manera, que la vigila y la sigue a todas partes, siempre buscando esa prueba que nunca consigue, pero en su mente esta solo lo que él piensa que es la única verdad, y decide mirar por costumbre su móvil, su portátil, su agenda y registrar su bolso, la minuciosa labor del investigador.
Son personas tan obsesionadas, que no permiten que su pareja ni tan siquiera tome parte en una conversación en público y menos que sean centro de alguna cosa, porque en esos momentos se sienten inferiores y creen que se les está haciendo de menos, si esto ocurre en algunas ocasiones optan por darles voces delante de los demás o dejarles solas en el lugar donde están. Llegando a estos términos ya se considera algo patológico, trastorno psiquiátrico relacionado con la esquizofrenia. La violencia física y psicológica generalmente se origina de los celos enfermizos, en un 25% de las agresiones violentas a nivel mundial, el motivo han sido los celos enfermizos e infundados, que es el origen de los homicidios conyugales. Los celos son autodestructivos, causan malestar, angustia, inseguridad, tristeza, estrés, nerviosismo, dolores de cabeza y hasta pueden llegar a problemas mucho más graves como ya he mencionado.
Hay que tener mucha fuerza de voluntad para pararse a pensar en uno mismo y lograr apartarse de una persona celosa en extremo, ya que nunca conducen a buen término y acaban anulando por completo a su pareja e incluso llevándoles a depresiones graves, que terminan sintiéndose culpables sin apenas entender nada de lo que ocurre.
Todo esto también tiene parte de origen en que se va desterrando un poco el típico machismo que hace años estaba tan acentuado, y que por suerte la mujer se va imponiendo en la sociedad ya que trabaja y es totalmente independiente en todos los sentidos y que resuelve incluso mejor que muchos hombres cualquier situación o problema. Además también debemos tener en cuenta que los hombres de hoy son más participativos en las labores domésticas, que ya no son por derecho solo para la mujer. “Bendita emancipación”
Conchi Basilio