El pasado 2 de Agosto el periodista Paco Sanchez de La Voz de Galicia publicó un artículo de opinión titulado “Lo trans”, donde arremetía con una violencia extrema contra un colectivo tan vulnerable como lo es el transexual.

Deberíamos hablar más claro y dejar de decir que se puede cambiar de sexo. No se puede.

Así reza el principio del artículo, para continuar dando su opinión, afirmando que “cabe simular al sexo contrario”. Pero para mejorarlo, nos introduce el concepto de suicidio obviando que la propia violencia que está ejerciendo él con su falta de rigor periodístico hablando de algo de lo que claramente no tiene ni idea, para terminar con el ya típico “qué va a ser de los niños…” para justificar toda esta violencia que sale de su puño y letra.

Vayamos por partes señor Paco. Estoy con usted en una afirmación aunque creo que la entendemos de forma diferente. Y claro que no se puede. Porque unos genitales no te categorizan automáticamente en un sexo u otro, como la sociedad trata de imponer y tú con tus argumentos personales. No por ponerte vagina o pechos te haces mujer, ya son mujeres antes. También las que rechazan esta condición social impuesta y no se operan manteniendo su cuerpo biológico, son mujeres, aunque tengan un pene entre las piernas.

Y aquí me posiciono y te pido que si no eres capaz de verlo de la misma manera que ellxs mismxs (pues solo ellxs conocen su propia realidad) al menos haznos el favor y deja de opinar y ejercer violencia gratuita sobre temas sobre los que demuestras no tener ni idea. Al igual que yo no escribo sobre deporte porque no tengo ni idea, exijo que si voy a leer un artículo en el periódico de mayor tirada de mi comunidad autónoma, quien lo escriba se haya molestado en conocer la realidad sobre la que está escribiendo. Es una irresponsabilidad muy grande por parte de La Voz de Galicia dar un espacio transfóbico a este señor.

Su principal justificación en base a este artículo es que es un artículo de opinión y no un ensayo científico, que en mi opinión le vendría demasiado grande a este profesor de universidad.

Como consumidor habitual de artículos de todo tipo, exijo a quien está transmitiendo una información (sea cual sea) un mínimo de rigor periodístico e imparcialidad en lo que cuenta y en casos donde eso no es posible (en su caso debe de ser muy habitual, no hay más que leer su misógino y machista artículo “Lo inmoral”, publicado en su misma columna), reclamo al menos saber dónde están las fuentes, que deben de sacadas de su manga derecha, afirmando que el 99.8% de la población se identifica con el género binario en su totalidad, cuando realmente solo existen estimaciones y son de un 2%.

Pero lo peor llega a mitad del artículo, cuando relaciona directamente la disforia de género o las operaciones con el suicidio, suscribiendo esa violencia que es la que realmente provoca que un colectivo tan vulnerable llegue a estos extremos. Es muy fácil para ti dar tu opinión y culpar a las hormonas o amputaciones de órganos en vez de mirarte el ombligo y ver que eres la causa de problema con tu violencia.

Me parece diabólico que esto se haga con niños, (…) comprometiendo para siempre su existencia por una percepción acaso pasajera o porque, simplemente, son homosexuales.

Paco debe de saber de lo que habla. No tengo el placer de conocerle, pero para semejante afirmación Paco ha debido aceptar su homosexualidad después de sentirse durante un tiempo mujer.

Asumir estas palabras otra vez sin conocimiento de causa. Soy homosexual desde hace muchos años (más o menos desde que nací) y hasta día de hoy nunca me he sentido mujer. Puede que de niño alguna vez se me pasó por la cabeza que debería haber nacido mujer pero no por disforia de género, sino por desinformación y contribución del dogma católico en mi educación, donde nunca se me enseñó que dos hombres también era una opción válida (fue algo que ya me quedó claro cuando la sociedad me señaló como maricón). Y entonces pude entenderlo.

Y por todo esto que le acabo de contar, señor Paco, es necesario que los niños tengan acceso y derecho a una educación que les enseñe que ser homosexual no está mal, que ser bisexual no es tener mucho vicio, que la mujer no es menos que ningún hombre (y desde luego mucho menos que usted) y sobre todo que tener un pene entre las piernas no te hace hombre, solo lo tienes que comprobar delante de un espejo.

Astronautico