La tarea de escribir novelas requiere técnicas que pueden ser muy variadas. En el fondo, de lo que se trata es de establecer la trama o tramas de la novela y definir los personajes. La fijación del tema o temas que se van a desarrollar y el argumento de todo el libro de ficción. Existen muchísimas formas de planificar la creación de una novela. Y han sido expuestas por muchos escritores de prestigio.
A diferencia de los ensayos filosóficos en los que, paradójicamente, la tarea de construir un libro es más sencilla, en la novela la delimitación de las historias y de la trama requiere una cierta minuciosidad en la elaboración de situaciones.
En los ensayos existe introducción, desarrollo y conclusiones y pueden ser muy complejos y abstractos también pero con otras condiciones de elaboración que non son las mismas que en las novelas. Lo que no quiere decir que no existan puntos comunes importantes. El hecho de escribir es el mismo y la puesta en práctica de un lenguaje adecuado para cada fin o propósito también.
Como dice el escritor Juan Carlos Chirinos lo mejor es que cuando un escritor se ponga a escribir una novela describa un plan básico de escritura. De todas maneras, estoy convencido de que en estas cuestiones lo más apropiado es ser ecléctico y escoger como modelo o método lo que más convenga. En función del estilo de escritura que tenga cada escritor. Chirinos habla de definir el tema sobre el que se va a tratar y elegir el personaje desde el que contar lo que sucede a lo largo de la novela. También es preciso que quede expresada en unas dos líneas la idea general del relato. Indudablemente, también facilita mucho la tarea escribir el argumento completo, con detalle, en unas 30 o 40 páginas. Por último, definir las escenas y detalles aproximados de cada capítulo.
De esta forma, primero se puede escribir lo más rápido que se pueda una primera versión de la novela y posteriormente se pulirá y retocará las veces que sea necesario y eso dará lugar a la versión final de la novela. En cambio, según otros novelistas lo más importante es lanzarse a escribir superando la sensación de sentirse perdido, pero con la ventaja de dejar aflorar la imaginación creativa, ya que los personajes que vayan surgiendo pueden precisarse más o cambiar su función en la trama del relato. Es crucial en esta primera fase de escritura imaginativa e impulsiva no detenerse a corregir. Una vez terminado el borrador que puede ser de 100 páginas o más, ya habrá tiempo para la corrección minuciosa de la novela y para su ampliación y mejora.
En cualquier caso, me parece que lo más difícil al componer una novela es saber el modo que vamos a utilizar para contar la historia, el tipo de narrador y la forma de contar la historia.
Otra cuestión decisiva, pero, a mi juicio, menos difícil es el estilo de escritura que se plasme en las páginas. Del mismo dependerá, en buena medida, que la novela no se caiga de las manos de los lectores por su estilo demasiado descriptivo, por ejemplo.
Conviene ir al grano en los relatos y usar determinados trucos parecidos a los que se emplean en las tramas teatrales y cinematográficas para dar suspense a los relatos sean cortos o largos.
De todas maneras, los que quieren escribir novelas siempre pueden recurrir a las grandes novelistas del pasado y del presente para aprender de ellos y tomarlos como referencia en algunas cuestiones. Indudablemente, esto no significa que a la hora de escribir novelas cada autor no tenga un estilo propio. Debe tenerlo y ser original.
Me refería, principalmente, a las cuestiones más técnicas en la construcción de la trama y los personajes. Ya que se pueden realizar innumerables combinaciones en el desarrollo de cada novela. Y ver la que gusta más al autor y que puede dar también mejores resultados de cara a los lectores. La libertad creativa es lo primero.
Un novelista o un escritor que escribe novelas o cualquier otro tipo de escrito es absolutamente libre al escribir. Es lo lógico y natural. Siempre se pueden hacer cambios. Lo fundamental, en mi opinión, es que la novela transmita emociones y sentimientos y cuanto más intensos mejor. Lo mismo que en la vida lo que nos emociona nos gusta.
José Manuel López García