Cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el 11 de agosto de 2020 que el organismo regulador de la salud del país se había convertido en el primero del mundo en aprobar una vacuna de covid-19 para su uso generalizado, la noticia fue recibida con escepticismo. No se habían realizado ensayos sobre la seguridad y eficacia de la vacuna.
Aunque la recepción inicial de la Sputnik V fue crítica, en febrero de 2021 se comunicaron los resultados preliminares de los ensayos de fase 3 con una tasa de eficacia del 91,6 %: el porcentaje de reducción de la enfermedad en un grupo de personas vacunadas en comparación con un grupo no vacunado en las condiciones del ensayo.
Los resultados científicos fueron claros. Un comentario publicado en The Lancet concluyó: “Otra vacuna puede unirse ahora a la lucha para reducir la incidencia de la covid-19”.
Aunque es poco probable que el impacto de la Sputnik V rivalice con el del Sputnik 1, el primer satélite de la historia que desencadenó la carrera espacial, sigue siendo un producto importante en un momento en que se necesitan vacunas con urgencia. Leer más
Liz Breen